Colm Bairéad, escritor y director de esta conmovedora película, presenta una historia aparentemente común en un entorno familiar de clase socioeconómica baja, pero lo hace con un ritmo inesperado, desafiando las expectativas convencionales.

La trama se centra en una familia rural irlandesa en 1981, con numerosos hijos, un padre alcohólico y una madre que, a pesar de las dificultades, espera un nuevo bebé.

La situación se aprecia bajo la perspectiva de Cáit (Catherine Clinch), una de las hijas, quien revela una actitud callada y melancólica. Desde el comienzo de la película observamos que algo no anda bien con ella: todavía se moja en la cama a pesar de su edad y trata de pasar desapercibida, tanto en la casa como en el colegio.

Cuando llega el verano y el parto de su madre se aproxima, sin previo aviso, Cáit se encuentra en el carro camino a Wexford para pasar una temporada con unos primos de su madre. A pesar de que éstos residen también en un entorno rural, Eibhlín (Carrie Crowley) y Seán (Andrew Bennet). están mejor acomodados que sus padres, y Cáit se sorprende cuando ve un hogar tan ordenado y limpio.

Eibhlín por su parte, se percata del estado de descuido en que se encuentra la niña, y asume inmediatamente su rol de cuidadora, mientras Seán muestra una mirada distante y poco colaboradora, tal vez desaprobando la presencia de la callada visitante.

La película ofrece una experiencia única a medida que Cáit se sumerge en este mundo desconocido. Mientras Eibhlín le enseña a cocinar, limpiar y recoger agua del pozo, Seán va cambiando, y establece una conexión especial que revela a Cáit la posibilidad del afecto y cuidado que sus padres nunca le brindaron.

La trama avanza lentamente, descubriendo los secretos detrás del comportamiento de la pareja a través de silencios y gestos, para mostrar que tal vez las necesidades de afecto no son exclusivas de la niña, sino también de la pareja.

A diferencia de las convenciones, y de lo que puede estar esperando el espectador, la película no se centra en abusos físicos, sino en la complejidad emocional de los personajes, llevándonos hábilmente a un desgarrador y predecible desenlace.

La Niña Callada es una adaptación de Foster, una historia de Claire Keegan, y marca un hito al convertirse en la primera película irlandesa nominada a un premio de la Academia en la categoría de Mejor Película Internacional.

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La Niña Callada – Un doloroso retrato de bondad | Columna de Gisela Savdie

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29.12.2023

Colm Bairéad, escritor y director de esta conmovedora película, presenta una historia aparentemente común en un entorno familiar de clase socioeconómica baja, pero lo hace con un ritmo inesperado, desafiando las expectativas convencionales.

La trama se centra en una familia rural irlandesa en 1981, con numerosos hijos, un padre alcohólico y una madre que, a pesar de las dificultades, espera un nuevo bebé.

La situación se aprecia bajo la perspectiva de Cáit (Catherine Clinch), una de las hijas, quien revela una actitud callada y melancólica. Desde el comienzo de la película observamos que........

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