Esta semana, Rasmus Hansson, miembro del parlamento Noruego y líder ambiental, nominó a Gustavo Petro al premio Nobel de la Paz 2024 por su promoción de diálogo entre los actores armados. No obstante, que postulen al presidente Petro al Nobel de paz no es algo raro; de hecho, cualquier ciudadano puede ser nominado. Sin embargo, lo que debería inquietarnos es la falta de liderazgo que se esconde detrás de sus afirmaciones, lo que definitivamente no podemos premiar, ni pasar por desadvertidas.

Petro se presenta como defensor del medio ambiente, pero la realidad de su gobierno revela una ejecución e inversión en políticas ambientales notoriamente pobres.

Se postula como el gran defensor de la democracia, pero su falta de firmeza frente a la dictadura de Maduro, que manipula los órganos institucionales para silenciar a la oposición, genera serias dudas sobre su verdadero compromiso con los principios democráticos, que más allá de obedecer a posibles políticas internacionales o incluso económicas, la situación de Venezuela compromete la dignidad de este pueblo y es un llamado humanitario.

Aunque dice ser cumplidor de las normas, a pesar de estar de acuerdo o no, no acata las decisiones válidas de la Procuraduría, lo cual mina su credibilidad como defensor del respeto institucional que como Presidente del le asiste por el deber legal y constitucional.

Además, a pesar de su autoproclamación como defensor del erario, su círculo cercano disfruta de viajes y aumentos los entes estatales, mientras él no para de comprar sin consideración alguna. Incluso se han denunciado gastos de maquilladores y vestuaristas por parte del Gobierno Nacional, cuando por otro lado, el presupuesto de los Bomberos, que en las circunstancias en las que se encuentra el país de múltiples incendios forestales son apremiantes, fue reducido en buena parte.

Esta es la razón por la que debemos llamar la atención en el Gobierno de Petro, ya que se posicionó prometiendo un cambio a la ciudadanía cansada de la corrupción y al final, se les está ofreciendo lo mismo, pero más caro, pues, han sido muchas las denuncias acerca de los gastos exhobirtantes.

Por lo demás, la nominación de Petro al premio Nobel debe ser un llamado a la reflexión de sus actuaciones y la coherencia de las mismas, pues son muchas las esperanzas de las personas que votaron por él. Es la oportunidad para que sea reconocido no solo internacionalmente o en el ámbito nacional, por sus ideas, sino también por sus acciones y para ello, aún le queda tiempo, pero hay que empezar ya.

El país necesita un líder, no solo un twittero. Un líder no se defiende de críticas en redes sociales, justas o cobardes, sino que responde callando bocas con hechos y actos concretos. ¡Le quedan dos años Presidente! ¡Callemos las bocas!

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¿El Nobel de Petro? | Columna de Iván Cancino

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03.02.2024

Esta semana, Rasmus Hansson, miembro del parlamento Noruego y líder ambiental, nominó a Gustavo Petro al premio Nobel de la Paz 2024 por su promoción de diálogo entre los actores armados. No obstante, que postulen al presidente Petro al Nobel de paz no es algo raro; de hecho, cualquier ciudadano puede ser nominado. Sin embargo, lo que debería inquietarnos es la falta de liderazgo que se esconde detrás de sus afirmaciones, lo que definitivamente no podemos premiar, ni pasar por desadvertidas.

Petro se presenta como defensor del medio ambiente, pero la realidad de su gobierno revela una ejecución e inversión en políticas ambientales notoriamente pobres.

Se postula como el gran defensor de........

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