Las elecciones regionales en Colombia han vuelto a traer una brisa de cambio y participación. El pasado 29 de octubre, las calles se llenaron de ciudadanos que, con su voto, dibujaron el paisaje político que los representará en los próximos años. Una demostración de que, en la diversidad de pensamiento, radica la riqueza de nuestra nación.

Ahora, con las decisiones tomadas en las urnas, es momento de mirar hacia adelante. Los elegidos deben ser los arquitectos de puentes de diálogo y colaboración, más allá de las fronteras ideológicas. La exclusión por diferencias políticas debe quedar atrás; el gobierno y los gobernados deben danzar al ritmo de la inclusión y el respeto mutuo.

Como un tejido que se forma de distintos hilos, así debe ser nuestra sociedad: entrelazada en sus diferencias, fortalecida por sus contrastes. Los líderes deben recordar que, aunque fueron elegidos por algunos, gobiernan para todos. La tarea no es pequeña, pero la oportunidad es grande.

El país está expectante, y la paciencia de los ciudadanos se traduce en una exigencia de resultados. Que esta nueva etapa esté marcada por la acción conjunta, la transparencia y el progreso tangible. Que no sea el color de una bandera política lo que defina el rumbo, sino la calidad de las acciones emprendidas.

Por ello, a los que hoy celebran su victoria, les digo: es el momento de gobernar con grandeza, de honrar cada voto con hechos y no solo con palabras. La historia nos observa, y será benévola con aquellos que sepan construir, con cada pequeña decisión, un futuro donde todos tengan cabida.

Ahora que las urnas han sido cerradas y los votos contados, surge la inevitable pregunta: ¿Y ahora qué? Este es el instante crucial en que la euforia del deber cívico cumplido debe dar paso a una vigilancia constante y constructiva de los ciudadanos. No es momento de desentenderse; al contrario, es cuando más debemos involucrarnos.

Es hora de pasar de la acción de votar a la de participar activamente en la fiscalización de nuestras promesas electorales. Los ciudadanos deben convertirse en los guardianes de su propio destino, asegurándose de que las decisiones tomadas en las urnas se traduzcan en políticas y acciones concretas que beneficien al colectivo, manteniendo a los líderes elegidos en el camino prometido y rectificando el curso cuando sea necesario.

En definitiva, que este sea el periodo en que los ciudadanos sientan que su voto no solo eligió a un representante, sino que trazó un propósito colectivo de crecimiento y unión. A trabajar por y para todos, sin excepción.

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"Votamos, ¿Ahora Qué?" | Columna de Iván Cancino

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11.11.2023

Las elecciones regionales en Colombia han vuelto a traer una brisa de cambio y participación. El pasado 29 de octubre, las calles se llenaron de ciudadanos que, con su voto, dibujaron el paisaje político que los representará en los próximos años. Una demostración de que, en la diversidad de pensamiento, radica la riqueza de nuestra nación.

Ahora, con las decisiones tomadas en las urnas, es momento de mirar hacia adelante. Los elegidos deben ser los arquitectos de puentes de diálogo y colaboración, más allá de las fronteras ideológicas. La exclusión por diferencias políticas debe quedar atrás; el gobierno y los gobernados deben........

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