La reciente concesión de libertad condicional a Andrés Felipe Arias, exministro de Agricultura condenado en el caso de Agro Ingreso Seguro, ha puesto en el foco público una figura jurídica fundamental en el ámbito del derecho penal: la libertad condicional. Este mecanismo, a menudo malinterpretado, representa no solo un alivio para quienes han cumplido una parte considerable de su condena, sino también un paso crucial hacia su rehabilitación y reinserción en la sociedad.

La libertad condicional es una práctica arraigada en el derecho penal que ofrece a los condenados la oportunidad de reintegrarse a la sociedad de manera controlada y progresiva. Esta figura no es una exención de la responsabilidad penal, sino un reconocimiento de que la pena impuesta ha cumplido su propósito correctivo y que el individuo ha demostrado méritos para una reinserción temprana.

En el caso de Arias, la decisión del juez de ejecución de penas de otorgarle la libertad condicional después de haber cumplido más de una década en prisión, se basa en criterios estrictos y objetivos establecidos en la ley. Arias ha cumplido con los requisitos establecidos: ha servido una parte significativa de su condena y ha demostrado un comportamiento ejemplar, así como un compromiso con su rehabilitación a través de actividades productivas y educativas durante su encarcelamiento.

Este caso nos recuerda que la justicia no se trata únicamente de castigar, sino también de ofrecer caminos hacia la redención. La libertad condicional cumple una función doble: protege a la sociedad al permitir la liberación gradual de personas que han demostrado su capacidad de reforma y contribuye al bienestar del individuo al brindarle la oportunidad de reintegrarse a la comunidad.

Es esencial reconocer que la libertad condicional no es un "pase libre" indiscriminado. No todos los condenados son elegibles para este beneficio, especialmente aquellos condenados por crímenes graves como delitos sexuales contra menores o crímenes de lesa humanidad. Los jueces de ejecución de penas tienen la responsabilidad de sopesar varios factores, incluyendo la naturaleza del delito cometido y el riesgo para la sociedad, antes de otorgar la libertad condicional.

La libertad condicional no es un final, sino un comienzo. Es un paso hacia una vida productiva y responsable, bajo la supervisión y apoyo del sistema judicial. Este beneficio no solo sirve a quienes lo reciben, sino que fortalece los principios de justicia y humanidad en nuestro sistema penal, recordándonos que la posibilidad de cambio y redención es un derecho humano fundamental.

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El camino hacia la libertad | Columna de Iván Cancino

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13.01.2024

La reciente concesión de libertad condicional a Andrés Felipe Arias, exministro de Agricultura condenado en el caso de Agro Ingreso Seguro, ha puesto en el foco público una figura jurídica fundamental en el ámbito del derecho penal: la libertad condicional. Este mecanismo, a menudo malinterpretado, representa no solo un alivio para quienes han cumplido una parte considerable de su condena, sino también un paso crucial hacia su rehabilitación y reinserción en la sociedad.

La libertad condicional es una práctica arraigada en el derecho penal que ofrece a los condenados la oportunidad de reintegrarse a la sociedad de manera controlada y........

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