La reciente sentencia proferida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) en el caso Amrhein y otros Vs. Costa Rica, ha desencadenado una serie de reflexiones fundamentales sobre el propósito y los límites de la privación de libertad en el contexto legal de países como Colombia que no han ajustado su legislación a estos estándares. En un fallo que ha resonado en los cimientos de la justicia, la Corte estableció que la privación de libertad de un imputado no puede basarse en fines preventivos, generales o especiales atribuibles a la pena. Además, hizo hincapié en que el peligro procesal no debe presumirse, sino que debe evaluarse en cada caso de manera objetiva y específica.

Esta postura es un hito significativo en la jurisprudencia internacional que es aplicable en nuestro sistema jurídico, al reafirmar que solo existen dos fines legítimos para privar a alguien de su libertad durante un proceso legal: garantizar que el acusado no obstaculice el desarrollo del procedimiento ni eluda la acción de la justicia. Este enfoque, fundamentado en la protección de los derechos humanos y el debido proceso, refleja un avance sustancial hacia una justicia más equitativa y respetuosa de la dignidad humana.

Pero ¿qué pasa en la práctica?, resulta preocupante observar cómo, a pesar de este fallo contundente, algunos fiscales, que valga la pena recordar son abogados y deberían conocer el bloque de constitucionalidad, persisten en solicitar medidas de aseguramiento basadas en criterios que contradicen los principios fundamentales de la justicia y la lealtad procesal. Surge así la pregunta inevitable: ¿llegará el día en que se aplique la convencionalidad de manera coherente y uniforme, o seguirá siendo utilizada selectivamente según los intereses de turno?

Es importante recordar que el Estado colombiano tiene una obligación internacional de adecuar su legislación a los estándares establecidos por la Corte IDH. Esto no solo implica cumplir con formalidades legales, sino también garantizar la plena protección de los derechos humanos de todos los ciudadanos.

En este sentido, los jueces constitucionales desempeñan un papel crucial en la aplicación de estas medidas, al abstenerse de ordenar medidas de aseguramiento que se basen en fines contrarios a los estándares internacionales de derechos humanos. Su compromiso con la defensa de los derechos fundamentales es esencial para fortalecer la credibilidad y legitimidad del sistema judicial en su conjunto.

En conclusión, el fallo de la Corte IDH en el caso Amrhein Vs. Costa Rica nos invita a reflexionar sobre el estado de nuestra justicia y a reafirmar nuestro compromiso con la defensa de los derechos humanos. La lucha por una sociedad más justa y equitativa es un desafío constante que requiere la participación activa de todos los actores del sistema judicial y de la sociedad en su conjunto.

QOSHE - El fallo de la Corte IDH en el caso Amrhein Vs. Costa Rica: ¿Llegará el día en que se aplique la convencionalidad? | Columna de Iván Cancino - Iván Cancino G
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

El fallo de la Corte IDH en el caso Amrhein Vs. Costa Rica: ¿Llegará el día en que se aplique la convencionalidad? | Columna de Iván Cancino

11 0
23.03.2024

La reciente sentencia proferida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) en el caso Amrhein y otros Vs. Costa Rica, ha desencadenado una serie de reflexiones fundamentales sobre el propósito y los límites de la privación de libertad en el contexto legal de países como Colombia que no han ajustado su legislación a estos estándares. En un fallo que ha resonado en los cimientos de la justicia, la Corte estableció que la privación de libertad de un imputado no puede basarse en fines preventivos, generales o especiales atribuibles a la pena. Además, hizo hincapié en que el peligro procesal no debe presumirse, sino que debe evaluarse en cada caso de manera objetiva y específica.

Esta postura........

© El Heraldo


Get it on Google Play