En la esfera jurídica, la línea que separa la vida profesional de la personal es, en ocasiones, difusa y susceptible de controversias. El derecho disciplinario, concebido para salvaguardar la integridad y ética de los profesionales del derecho, se erige como un instrumento indispensable. Sin embargo, además de las críticas que, como sujetos de la ley disciplinable, desde varios sectores hemos realizado, es importante que reflexionemos acerca de la injerencia que ha tomado en derecho disciplinario en la vida personal de los abogados e incluso de hasta jueces de la república.

La discusión gira en torno a si el ejercicio disciplinario debe permanecer constantemente activo, o si, por el contrario, debería experimentar ciertos límites al entrometerse en el ámbito personal de los abogados. Es innegable que los profesionales del derecho adquieren un compromiso ético. No obstante, la cuestión radica en determinar hasta dónde esa jurisdicción disciplinaria debe extenderse.

Es imperante reconocer que existen acciones desempeñadas en el marco de la vida personal de un abogado que, por su naturaleza, no deberían ser objeto de reproche disciplinario. La privacidad y la libertad individual son valores fundamentales que deben ser resguardados incluso para aquellos cuyo deber es administrar la justicia. La vida personal de un abogado, en tanto ciudadano, debe estar exenta de una supervisión constante por parte de la jurisdicción disciplinaria.

Resulta innegable que la profesión legal exige un elevado estándar ético y moral, pero también es esencial reconocer la importancia de establecer límites claros. Las acciones y decisiones adoptadas en la esfera privada, siempre y cuando no afecten directamente el ejercicio de la profesión legal ni socaven la confianza en el sistema judicial, deben ser consideradas como territorio intocable.

En conclusión, es hora de analizar con lupa aquellos casos donde podemos ver la extensión del derecho disciplinario a la vida personal de los abogados. Si bien es esencial mantener altos estándares éticos, también es crucial reconocer y respetar la esfera privada de estos profesionales. Establecer límites claros permitirá preservar la integridad de la profesión sin comprometer las libertades individuales que, como ciudadanos, también nos corresponden.

@CancinoAbog

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La frontera entre la vida profesional y la vida personal de los abogados | Columna de Iván Cancino

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27.01.2024

En la esfera jurídica, la línea que separa la vida profesional de la personal es, en ocasiones, difusa y susceptible de controversias. El derecho disciplinario, concebido para salvaguardar la integridad y ética de los profesionales del derecho, se erige como un instrumento indispensable. Sin embargo, además de las críticas que, como sujetos de la ley disciplinable, desde varios sectores hemos realizado, es importante que reflexionemos acerca de la injerencia que ha tomado en derecho disciplinario en la vida personal de los abogados e incluso de hasta jueces de la república.........

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