Lo primero, para ser respetuosos de las distancias más convenientes entre líneas. Para distribuirse los esfuerzos y los recorridos. Para reducirle el espacio de maniobra a los jugadores de Botafogo.

Junior se agrupó la mayor de las veces del medio del campo hacia su área. Con Enamorado y Caicedo regresando cerca de los laterales, y Bacca y Chará, vigilantes de los volantes centrales del club brasileño.

Y, con Didier, como una suerte de pistón, entrando y saliendo como tercer defensa central, sobretodo en momentos en que Botafogo iba por el costado y se aprestaba a enviar centros.

Esta organización fue el preámbulo a lo segundo, el contraataque. Con el rival adelantado y 50 metros a espaldas de los defensas, era todo un erial para la velocidad de sus delanteros. Enamorado fue el más influyente y vistoso en ese escenario, pero para gestionar y usufructuar el contraataque tuvo una decidida y precisa compañía de los demás.

Esta vez, como le suele ocurrir a los equipos colombianos cuando juegan de visitante, no se conformó con hacer una sola parte de la tarea, defender. Esta vez, Junior no jugó a la defensiva, no, se replegó que es distinto, y luego atacó, como el lenguaje futbolero actual dice, con transiciones rápidas.

Se comprometieron a desmarcarse a tiempo, y jugar con técnica en velocidad.

Y la tercera, la definición, es la que siempre le da fuerza y credibilidad al funcionamiento utilizado. Es lo que da valor tangible al esfuerzo. Tres goles convirtió Junior para certificar en el marcador su superioridad.

Y, todas estas tres razones, enmarcadas en una gran personalidad, sin intimidarse ante la grandeza del rival y la multitud en contra.

Su reto en adelante debería ser replicar lo más que pueda estas presentaciones. Acabar con los altibajos. Restringirle las visitas a la irregularidad. Tiene calidad para hacerlo.

QOSHE - La columna de Javier Castell, hablemos de fútbol: - Javier Castell Lopez
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La columna de Javier Castell, hablemos de fútbol:

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06.04.2024

Lo primero, para ser respetuosos de las distancias más convenientes entre líneas. Para distribuirse los esfuerzos y los recorridos. Para reducirle el espacio de maniobra a los jugadores de Botafogo.

Junior se agrupó la mayor de las veces del medio del campo hacia su área. Con Enamorado y Caicedo regresando cerca de los laterales, y Bacca y Chará, vigilantes de los volantes centrales del club brasileño.

Y, con Didier, como una suerte de pistón, entrando y........

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