Fue el reclamo de Helen en el Senado a los secuestradores de su esposo, Juan Carlos. “Con lágrimas en los ojos suplico que nos ayuden”, imploró Yolima, hermana de Jhon Jairo; y Ana Milena, esposa de Fabián, le espetó al ELN que la infamia de este crimen lacera la confianza en el deber moral de la paz y deslegitima sus propósitos revolucionarios.

Frente al dolor de las 3 mujeres, sin familiar famoso, reclamando la diligencia desplegada en la liberación de “Mane” Díaz, se escucharon posiciones respetuosas, pero también la patanería del youtuber senador que se apoda JP Hernández, acusándome de cómplice de secuestradores y de hipócrita, y agraviando a la senadora María Fernanda Cabal, mi esposa, quien expuso con altura la situación familiar y política por nuestras posiciones frente a las negociaciones.

De su “política espectáculo”, que suscitó la indignación del senador Cepeda y el apoyo del senador Guerra, infiero que JP no entiende que no se trata de María Fernanda, de su quehacer político, ni de sus aspiraciones; ni del dolor de unos padres ganaderos, como no se trataba apenas del dolor de Lucho Díaz, sino de todos los secuestrados y sus familias.

Pero no es solo JP quien está mal de entendederas. La ronda que inicia con la exigencia de liberar secuestrados y de abandonar el secuestro, como dejó claro el senador Cepeda, sin que ningún tema se aborde hasta que esa línea roja quede trazada, deja ver aspectos esenciales que el ELN debe entender.

Primero, que convertir la libertad, derecho fundamental por excelencia, en mercancía con el argumento infame del “financiamiento”, es una degradación ética, una afrenta a la sociedad y un retroceso en el camino a la paz.

Segundo, la negociación necesita inmenso respaldo social, el cual se erosiona con cada secuestro y el país está hastiado del “peor de los crímenes para la víctima y su familia”, como lo calificó una de las 3 mujeres.

Tercero, el secuestro, proscrito por el DIH, que el ELN acogió como marco del Acuerdo de Cese al Fuego, representa por ello una violación, pues no se limita a enfrentamientos con Fuerza Pública, como entiende el ELN, sino al cese de hostigamientos a la sociedad, como entienden el Gobierno y el país.

Espero que el ELN entre en razón y comprenda el momento del país; y frente a la vocinglería del senador youtuber, me uno a la indignación de Iván Cepeda y reitero, con toda la delegación, que no vamos a México ni hemos estado sentados por meses para que nos vean cara de cretinos; vamos a defender a los secuestrados y a buscar la paz.