Hace 45 años, el 31 de enero de 1979, se publicó mi primer artículo en el periódico EL HERALDO, en la sección Opinión. Se titulaba Cómo hablar de sexo con nuestros hijos. Para esa época se había publicado mi primer libro, Lecciones de Sexología donde se presentaban unas estadísticas de mis investigaciones que mostraban claramente que el 70% de los jóvenes universitarios no habían recibido educación sexual por parte de sus padres.
Ese artículo recibió el rechazo de algunos representantes de la Iglesia Católica, aunque las ideas planteadas sólo reforzaban la enseñanza del Concilio Vaticano II, que textualmente decía que los niños y los jóvenes deberían recibir educación sexual.
Hace 45 años, hablar de sexo era peligroso e implicaba ganarse el rechazo de muchas personas. Era una época en la cual se presentaban muchas controversias sobre la sexualidad.
Mi buen amigo, el ginecólogo Fernando Navas Uribe, estaba educando a sus pacientes y a sus alumnos sobre la regulación de la fertilidad. Algunos ginecólogos traían de Estados Unidos las pastillas anticonceptivas y se les vendía a sus pacientes, pero no era algo muy común y era bastante repudiado por la sociedad. Muchas personas veían el uso del condón y de las pastillas anticonceptivas como algo diabólico.
Como todos saben, hoy es posible comprar condones y pastillas anticonceptivas en todos los centros comerciales y farmacias.
Volviendo a la educación sexual, mi artículo despertó algunas inquietudes y se me acercó la Hermana directora de la Clínica La Asunción (cuya hermana era también monja y había sido mi alumna en la facultad de psicología de la Universidad Metropolitana), para solicitar mi ayuda porque estaban preocupadas por el alto número de embarazos no planificados entre sus auxiliares de enfermería. Esta situación llevó a que el primer curso de Educación Sexual para Adultos que yo dicté en Barranquilla fuera en el auditorio de la Clínica La Asunción. Este curso se dictó en ese sitio por muchos años, y comprendía 5 clases que cubrían los temas básicos, los miércoles por la noche.
Desde esa época estaba claro que muchos problemas de la vida erótica en los seres humanos (como los problemas de infidelidad, los abusos a niños, los embarazos no planificados, etc.) se debían a que no había una adecuada educación sexual que permitiera desarrollar los valores que podría llevar a buenas decisiones en el plano erótico y que evitaría gran parte de estos problemas.
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