Fingir es el arte de la seducción para quienes no logran atraer sin aparentar lo que no pueden hacer o lo que no son. Ocultar los fines se ha convertido en el rasgo común de las relaciones desde que la sinceridad es un valor excepcional. ¿Te han seducido sin que satisfagan plenamente la curiosidad que despiertan? ¿Provocaste intereses que no lograste complacer? Tal vez conociste sin saberlo alguna forma de incoherencia natural.

El carácter teleológico anuncia propósitos, objetivos, metas, intenciones, deseos, aspiraciones, sueños y muchas veces se traduce en utopías redentoras de personalidades egocéntricas. La teleología explica efectos, razones y motivaciones si se logran descifrar los códigos ocultos de la voluntad. Convierte en vidente al individuo sin necesidad de ser científico o investigador por el arte y la magia del conocimiento y la experiencia personal.

Desde que se olvidaron las razones aparecieron de nuevo las preguntas. Ante la duda y el incremento del engaño importa saber qué es, cómo, cuándo, dónde, con quién, porqué y resulta más que obvio indagar para qué. Cada vez que escuches una promesa aplica ese cuestionario. Eso no significa que debes convertirte en una persona desconfiada o paranoica creyendo que todos te quieren traicionar o dañar: Cree, comprueba y elige.

La incoherencia natural es la forma espontánea y no planificada de mostrar desproporcionalidad entre lo que se piensa, lo que se dice y lo que se hace. El hábito de la mentira bajo el telón de la elocuencia. La ausencia del sentido de las formas olvidando el carácter del fondo. El insulto racional de la falsedad en la era de la neuroverdad. Es la valoración del resultado a toda costa sin observar las consecuencias.

Las promesas suelen ser artificiales para el mal lenguaje político. Se cree que crear un catálogo de necesidades descriptoras de la realidad faculta para ser el generador de las soluciones a los problemas, aunque lo que ahora se proponga sea lo que antes se cuestionaba o encendía las razones de la indignación. Todo es puro delirio.

Los detractores frecuentemente olvidan que en algún momento fueron o serán decisores promoviendo aquello que no resulta conveniente hoy porque no es un proyecto impulsado por ellos. Muestran los dientes de la ferocidad de su propia incoherencia natural porque el fin no es más que controlar, dominar, imponerse y por supuesto figurar en las páginas de historias escritas por sus aduladores.

Fingen buscando seducir. No importa resolver el problema. Su problema es quién se llevará el mérito sin hacer nada, porque reina la incoherencia natural.

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Incoherencia natural | Columna de Julio César Henríquez

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20.04.2024

Fingir es el arte de la seducción para quienes no logran atraer sin aparentar lo que no pueden hacer o lo que no son. Ocultar los fines se ha convertido en el rasgo común de las relaciones desde que la sinceridad es un valor excepcional. ¿Te han seducido sin que satisfagan plenamente la curiosidad que despiertan? ¿Provocaste intereses que no lograste complacer? Tal vez conociste sin saberlo alguna forma de incoherencia natural.

El carácter teleológico anuncia propósitos, objetivos, metas, intenciones, deseos, aspiraciones, sueños y muchas veces se traduce en utopías redentoras de personalidades egocéntricas. La teleología explica efectos,........

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