Últimamente parece que la paranoia se ha vuelto la moda y todos estamos al borde de un ataque de nervios. ¿Qué nos tiene tan temerosos? ¡Parece que todo! La inseguridad, el colapso del sistema de salud, la amenaza de quedarnos sin agua y sin luz, las reformas que llegan como si fueran modas de temporada... ¡Es una sensación de caos! Esto nos afecta directamente y tal vez sentimos que nos están cambiando el mundo de un momento al otro sin que lo podamos controlar.
He estado hablando con conocidos que tienen familiares en condición de discapacidad y que Sura los atiende bien y están asustados de perder los servicios y tener que salir a buscar como financiar de sus bolsillos sus temas médicos. En mi familia, varios que no quieren salir a un restaurante porque les aterra la idea de que los atraquen en la calle, o un inversionista que dice que prefiere esperar con tanta incertidumbre, entonces la economía se estanca, o los colaboradores de la oficina que se me acercan a contarme que no les está alcanzando ni para la luz. O mi mamá que piensa que le van a quitar la pensión…todos ejemplos de lo que nos está quitando la paz.
En últimas, no podemos permitir que este desazosiego nos robe el deseo de vivir, de levantarnos todos los días con optimismo, a salir a ganarnos el sustento y que este nos alcance para vivir una vida digna. No podemos permitir que nos robe la esperanza que nos indica que si trabajamos de manera honesta, seremos capaces de sobrellevar los problemas, que siempre existirán, pero que no tienen que ser una avalancha que enfrentemos en solitario. Por eso la mejor forma de tomar al toro por los cachos en este escenario es uniéndonos y haciéndonos sentir: ¡participando de la marcha de mañana!
No nos confundamos. El propóstio de este evento no es hacer oposición, ni para decir que estamos en favor o en contra de x o y. Es para gritar bien alto que estamos hartos, hastiados y con miedo. Marchar es nuestra forma de recordarle al poder que estamos aquí, que tenemos voz y que queremos que nos escuchen. Ya no importa si eres de derecha, izquierda o si ni siquiera sabes dónde estás parado políticamente. En esta locura de problemas, la única forma de enfrentarlos es juntos, en las calles, haciendo ruido y recordándole al gobierno que el poder está en manos de nosotros.
¡Basta de miedo y excusas! Es hora de plantarnos, y de paso respaldar al congreso, a todas las cortes y a las instituciones que están luchando por la democracia, y decirles que no están solas. Yo no voy como oposición, voy como ciudadano cansado, mamado, que no se quedará callado ante la tormenta. ¡Nos vemos en las calles!
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