Cuando fui secretario de planeación durante la alcaldía de Guillermo Hoenigsberg en el inventario distrital solo aparecían 220 predios identificados como parques aunque fueran simples peladeros enmontados porque solo tres gozaban de cierto cuidado, estos eran el Suri Salcedo, el Sagrado Corazón y el Almendra. Hoy la situación es diferente y Barranquilla cuenta con más de 300 bellos parques muy bien cuidados y con múltiples atracciones para toda la familia. Tarea que hay que aplaudir porque incrementó para muchos los muy limitados programas familiares, erradicó ollas de vicio y valorizó entornos residenciales completos. Ese magnífico programa sigue aumentando el número de estos, así como su mantenimiento, tarea nada fácil en un medio tan agresivo como el nuestro.

Pero no todos los parques son iguales, los nuestros son de tamaño pequeño, dotados con juegos infantiles, equipos de gimnasia, canchas deportivas, etc., por lo que el área verde es proporcionalmente reducida, con la mayoría de los árboles sembrados durante su construcción, y lo anterior es porque su propósito es el de generar espacios de entretenimiento familiar, una función social loable reconocida por todos.

En ciudades de países desarrollados se les da una enorme importancia a otro tipo de parques, indispensables para la salud ambiental de la urbe como tal, son bosques nativos que se conservan en perfecto estado, como pulmones naturales necesarios porque son elementos descontaminantes que contrarrestan la polución generada por el hombre y sus actividades. Quizás sea el “Central Park” de New York, el más reconocido del mundo por la ciudad en que se encuentra y por el área que ocupa, 3,41 Km.2, pero hay otros que lo superan en tamaño y naturaleza, como el “Stanley Park” de Vancouver, Canadá, con 4,05 Km.2, medio millón de árboles nativos, casi 200 km. de caminos y senderos, y dos lagos internos. Y así hay otros en los cinco continentes.

En Barranquilla contamos con el “Bosque Urbano Miramar - BUM”, de 0,27 Km.2 y con el “Eco-parque Mallorquín”. Para ambos parques Argos cedió predios de su propiedad en los que no podía construirse nada rentable, el primero por la inestabilidad del suelo y el segundo por ser área RAMSAR protegida. Fue un gana-gana, Argos dejó de pagar predial por terrenos improductivos y el Distrito ganó en área verde para la ciudad. Hoy se han prendido las alarmas solicitando que Argos no arrase la totalidad del bosque seco tropical en sus terrenos del norte de Barranquilla y Puerto Colombia como lo viene haciendo, y se logre un equilibrio entre lo ecológico y lo rentable financieramente. ¿No podría gestionarse con el Ministerio del Medio Ambiente, la compra a Argos de parte de esos predios para un gran parque boscoso? Dejo esa inquietud en el ambiente.