Nunca en mis columnas fui tan repetitivo y tan de seguido con un mismo tema como lo estoy siendo con este de las urbanizaciones que Argos se propone desarrollar en el norte de nuestra ciudad. Hoy me referiré a aquellas en áreas de Puerto Colombia colindantes con Barranquilla, porque si se le permitiera hacerlas, serían tantas las consecuencias, que bien vale la pena mostrarlas en toda su magnitud. Es obvio que con lo ya construido en “Ciudad Mallorquín”, colapsará la movilidad de las carreras 51B, 53 y 65, y aún le falta mucho por desarrollar de esa urbanización. Pero es que si en “Ciudad Mallorquín” se anuncian 15.000 apartamentos de estratos 3 y 4, con 50.000 habitantes, en “Pajonal”, que es otro desarrollo inmobiliario adosado a “Ciudad Mallorquín”, pero de vivienda VIS, estrato 2 de 5 pisos, anuncian 25.000 apartamentos más, y 76.500 habitantes, para un total de 126.500 nuevos habitantes en Puerto Colombia.

Analicemos la incidencia que esos nuevos residentes que habitarían predios de Puerto Colombia tendrían en la demografía del Atlántico, para comprender hasta dónde una empresa, que ni siquiera es local, podría modificar dramáticamente el orden en el departamento en cuanto a cantidad de habitantes por municipio. El siguiente es el orden actual: 1º Barranquilla 1.330.000 habitantes, 2º Soledad 683.486, 3º Malambo 129.148, 4º Sabanalarga 104.600, 5º Baranoa 55.178, 6º Puerto Colombia 48.070. De ahí en adelante, las demás poblaciones del Atlántico tienen menos habitantes. Pero si a los actuales 48.070 habitantes de Puerto Colombia, le sumamos las 126.500 personas que Argos pretende mudar a “Ciudad Mallorquín” y a “Pajonal”, Puerto pasaría a tener una población de 174.570, quedando de tercero después de Soledad, superando a Baranoa, Sabanalarga y Malambo. Un brinco de canguro que no sería el fruto del esfuerzo de ese municipio, como es normalmente la razón del crecimiento de las poblaciones, sino porque una empresa foránea así lo decidió.

Pero, ¿De donde serían los clientes potenciales para esos apartamentos? Obviamente, de Barranquilla el 90% o más, así que con el solo hecho de mudarse para el otro lado de la Circunvalación, nuestra ciudad decrecería en población y aumentaría la de Puerto, y como aquí no contamos con un POT Metropolitano, ni están articulados nuestro POT y el PBOT de Puerto Colombia, quienes manejan ese municipio hoy se frotan las manos esperando un incremento en el recaudo del predial y de otros tributos, en detrimento del de Barranquilla. Por lo que una tarea necesaria y urgente es la revisión a ambos Planes de Ordenamiento, y para agilizarlos, quizás exclusivamente para definir densidades y usos del suelo en toda esa área, porque mientras, Argos arrasa con el bosque. ¡Es un compromiso cívico ineludible!