El enfoque multidimensional adoptado por Colombia en su lucha contra la pobreza ha sido clave para comprender y abordar este desafío humano fundamental. Más allá de las métricas tradicionales centradas únicamente en los ingresos, el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), presentado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), se emerge como una herramienta vital para identificar las diversas dimensiones de la privación que enfrenta la población.

Los datos más recientes muestran un panorama alentador: la incidencia de la pobreza multidimensional en Colombia ha disminuido en un 0,8 punto porcentual, alcanzando el 12,1%. Este descenso ha permitido que aproximadamente 338 mil colombianos abandonen esta condición; un avance impulsado en medida por el sistema de aseguramiento en salud. Sin embargo, este progreso no se ha distribuido uniformemente en todo el país. Por ejemplo, en el Caribe colombiano, a pesar de registrar la tercera disminución más alta en el IPM, sigue siendo la región con la mayor incidencia de pobreza multidimensional, atribuida en parte a disparidades de género y factores socioeconómicos que perpetúan las desigualdades regionales. Los hogares liderados por mujeres muestran niveles de pobreza multidimensional del 21.5%, en comparación con el 18.9% de los liderados por hombres.

A nivel departamental, el Atlántico se sitúa en el puesto veintitrésavo en términos de pobreza multidimensional. El 12% de los atlanticenses son pobres multidimensionalmente, ligeramente por debajo del promedio nacional. A nivel regional, el Caribe es la zona más pobre del país y el IPM del Atlántico lo coloca en primer lugar. Aunque esta posición es relativamente favorable desde la perspectiva regional, el departamento aún se encuentra 4.8 puntos porcentuales por encima del Valle del Cauca.

Para garantizar un progreso sostenido en la reducción de la pobreza y mejorar la calidad de vida de la población, es crucial dirigir esfuerzos específicos hacia áreas críticas como el hacinamiento, la inasistencia escolar y el acceso limitado a fuentes de aguas mejoradas. Es esencial que las políticas e iniciativas locales se diseñen utilizando los datos proporcionados por el IPM para lograr una mejor focalización de los recursos e intervenciones efectivas en las áreas más necesitadas.

Superar la pobreza multidimensional requiere un enfoque integral que promueva no solo la formación y acceso a servicios básicos, sino también la participación ciudadana para garantizar que las intervenciones sean efectivas, sostenibles y culturalmente pertinentes. Este enfoque es importante para construir una región y departamento más próspero.

*Directora Ejecutiva Fundesarollo