El acrónimo NIMBY, surgió a finales de los 70 en Estados Unidos por las iniciales en inglés de not in my backyard. La traducción literal sería “no en mi patio trasero” y una traducción libre “no en mi vecindario”, refiriéndose al activismo de vecinos contra la construcción de centros comerciales, hospitales, iglesias y conjuntos residenciales de menor nivel económico. Bernard Frieden, profesor de planeación urbana de MIT, acuñó el término en un influyente ensayo en el cual advertía que esos movimientos y las regulaciones que los apoyaran conducirían a una escasez de opciones de vivienda y a su encarecimiento. En todas partes se cuecen habas.

Pocos en Barranquilla han escapado a la hemorragia mediática contra el proyecto de vivienda VIS Ciudad Mallorquín, centrada en visiones ambientales y de movilidad apocalípticas a mediano plazo. Resulta curioso que contiguo a ese desarrollo haya un sector en el cual en los últimos 20 años hemos dejado agravar la movilidad por la enigmática carencia de transporte para los alumnos de numerosos colegios privados cercanos. Miles de carros de papi los llevan y, como la recogida es más demorada, muchos la delegan en conductores; no pocos hacen siesta en la cola con el aire y el motor prendidos. Un creciente disparate ambiental y de movilidad a la vista de la muda caravana. Para mitigar ese problema auto infligido, se están invirtiendo de nuestros impuestos $200 mil millones en la Gran Vía de la Carrera 51B.

En El Golf, en las esquinas de la 81 con carreras 57 y 58 hay cinco edificios del máximo estrato y altura, 35 a 42 pisos, que suman 220 apartamentos y más de 700 garajes. A la vuelta de la 56 se está terminando una torre de 45 pisos con 240 garajes más, para un total cercano a 1.000 en dos cuadras. Al sector ya le dicen “Salsipuedes”. Nadie advirtió nada.

No existe una casa o edificio en ciudad alguna que para hacerla no haya habido que quitar un pedazo de naturaleza. En el Atlántico hay cinco grandes reservas forestales de bosque seco tropical y Mallorquín no incluye ninguna.

La gente que va a vivir ahí, o vive ya en Alameda del Río, no se agregan a los 2 millones de habitantes del Área Metropolitana, como explicó Miguel Vergara en reciente columna en este diario, sólo han aprovechado la oportunidad de mejorar sustancialmente su nivel de vida gracias a los subsidios VIS de gobiernos recientes. ¿Pretendemos coartarles su libertad y derecho de hacerlo? ¿Por qué la miopía selectiva? ¿”Nimbismo” tropical? (Sigue: una propuesta).

Rsilver2@aol.com

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¿Vivienda VIS? Sí, pero “NIMBY” | Columna de Ricardo Plata Cepeda          

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22.04.2024

El acrónimo NIMBY, surgió a finales de los 70 en Estados Unidos por las iniciales en inglés de not in my backyard. La traducción literal sería “no en mi patio trasero” y una traducción libre “no en mi vecindario”, refiriéndose al activismo de vecinos contra la construcción de centros comerciales, hospitales, iglesias y conjuntos residenciales de menor nivel económico. Bernard Frieden, profesor de planeación urbana de MIT, acuñó el término en un influyente ensayo en el cual advertía que esos movimientos y las regulaciones que los apoyaran conducirían a una escasez de opciones de vivienda y a su encarecimiento. En........

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