Nicolás Renowitzky, secundado por otros columnistas, periodistas, y fuerzas de opinión, puso el dedo en la llaga refiriéndose al adefesio de la Urbanización Mallorquín, proyecto residencial vecino a la desarrollada zona industrial aledaña a la Ventana al Mundo. Bien por Nicolás.

Hay que celebrar el interés suscitado, pues significa que Barranquilla retomó su vocación de excelencia urbana nacida desde los comienzos de El Prado, Porvenir, Las Delicias, y otros hoy tradicionales barrios con los que se inició nuestro crecimiento.

Es que se había perdido aquel orgullo ciudadano que nos brotaba sintiéndonos pioneros de la modernidad, y el desarrollo urbano se había dejado al garete, a la utilitaria conveniencia de urbanizadores y constructores.

Buena cosa, entonces, que el Concejo Distrital le haga eco a la sentida necesidad de una profunda y adecuada revisión al POT mirándolo desde la lente, no sólo del conjunto de normas, reglas, y dimensiones que por supuesto son importantes, pero que deben ser la resultante de un criterio que oriente la interrelación entre los diversos usos del suelo, y fundamentalmente la armoniosa conurbación con Soledad, y sobre todo con Puerto Colombia, destino residencial e institucional de nuestra expansión, al punto que la revisión debe hacerse conjuntamente con el PBOT del vecino municipio.

No es ni siquiera cosa de salir a contratar a ningún experto, sino de aprovechar el amplio conocimiento de la ciudad que posee el alcalde Char y de la estructura profesional de nuestros funcionarios de Planeación, quienes bajo la batuta de la arquitecta Diana Mantilla y en coordinación con desinteresados profesionales y cívicos locales pueden sin duda lograr un resultado benéfico y un desarrollo armónico que no esté influenciado por el interés económico del alud de constructores cachacos ni por el también cachaco Argos que debe retomar sus originales conceptos urbanísticos, y meterse bajo la cintura del beneficio común.

Pero hoy es Jueves Santo, y podemos durante estos días diferir tanto este tema como las incertidumbres que suponen los desvaríos de Petro con su dictatorial montaje de una constituyente y otras barbaridades para, sin abandonar las acciones que conduzcan a enderezar el rumbo, concentrarnos en festejar adecuadamente y con devoción nuestra principal fiesta religiosa en la que se conmemora el nacimiento de la eucaristía, “este es mi cuerpo y esta mi sangre”, y del orden sacerdotal “haced esto en conmemoración mía”, amén del sacrificio de El Padre que entregó a Su Hijo para rescatarnos.

Hay que encomendarse con mucha fe, aunque “a Dios rogando, y con el palo dando”

rzabarainm&hotmail.com

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A Dios rogando... | Columna de Roberto Zabarain

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28.03.2024

Nicolás Renowitzky, secundado por otros columnistas, periodistas, y fuerzas de opinión, puso el dedo en la llaga refiriéndose al adefesio de la Urbanización Mallorquín, proyecto residencial vecino a la desarrollada zona industrial aledaña a la Ventana al Mundo. Bien por Nicolás.

Hay que celebrar el interés suscitado, pues significa que Barranquilla retomó su vocación de excelencia urbana nacida desde los comienzos de El Prado, Porvenir, Las Delicias, y otros hoy tradicionales barrios con los que se inició nuestro crecimiento.

Es que se había perdido aquel orgullo ciudadano que nos brotaba sintiéndonos pioneros de la modernidad, y el desarrollo urbano se........

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