En la teoría de la negociación política existe la malévola figura del estafador sin palabra y que siempre incumple con lo acordado en la mesa con el rival.

Se trata de gente que entiende y práctica la política como arte de la maniobra sin escrúpulos y principios éticos, si acaso los del deshonesto. Elementos que nunca honran la palabra empeñada.

El maniobrero apela a los más detestables recursos en su quehacer político para lograr sus objetivos. De esa forma le inventa y atribuye lo peor al adversario.

En su agenda no existe la concepción de la política como ciencia para la dirección de los asuntos del Estado. Su accionar por el contrario raya en la bajeza que caracteriza al lumpen con su noción de la maldad.

Es lo que hace el estalinismo chavismo actualmente en el poder en Venezuela. Llegar a acuerdos en teoría con el adversario para luego desconocerlos y patearlos en la práctica.

La conducta que permanentemente ha observado el régimen en todos los diálogos con la oposición desde los tiempos del finado Hugo Chávez Frías. Entonces le deban largas a la agenda con injustificables inasistencias a los encuentros.

Así con la definitiva inhabilitación de María Corina Machado el régimen ha jugado a la ganancia estratégica en lugar de la táctica. Asegurarse la ganancia del poder al sacar del escenario a su sepulturera.

Decidirse por mantenerse en el poder al precio de perder entre otros logros la suspensión de sanciones por aquello de conservo todo sin importar las partes y los sacrificios que ello genera.

Si el socialismo es un problema, nada, incertidumbre y caos para la mayoría de la gente, eso poco importa a los mandarines del régimen que todo lo tienen.

El juego se lo plantean en términos de convivencia con la más avasallante adversidad. Por ejemplo, la carencia de bienes y servicios que padece la mayoría de los venezolanos aunado a la hiperinflación y los miserables salarios que devengan.

Total, se mantienen y atornillan en el poder a ese alto precio sin importarle el dolor del pueblo. Algo así como “que es una raya más para el tigre” si he preservado las mieles del poder en todos los órdenes. Eso es ganancia estratégica aunque vuelvan las sanciones de Estados Unidos.

Es lo que ahora explica el adelanto de elecciones presidenciales sin la presencia de la triunfadora segura y favorita María Corina Machado.

Al menos que funcione la negociación tal como lo ha venido desarrollando persistentemente MCM. Todo en la línea de tomar el poder desde adentro para ahorrarle más sacrificios y dolor a nuestro pueblo.

En el país lo que se enfrenta es un nuevo sistema sociopolítico de naturaleza profundamente antidemocrática. No es un gobierno de turno como ocurrió con Marcos Pérez Jiménez que cedió a los aires de cambio.

No por casualidad sus voceros expresan a los cuatro vientos que estarán en el poder por dos siglos o que están cansados de escuchar hablar de elecciones libres y democráticas.

Esta es gente que aplica de ex profeso aquel pensamiento tiránico de Lenin: “El poder no se comparte, se impone”.

Freddy Torrealba Z.

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El juego maquiavélico del régimen por lo estratégico #2Feb

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02.02.2024

En la teoría de la negociación política existe la malévola figura del estafador sin palabra y que siempre incumple con lo acordado en la mesa con el rival.

Se trata de gente que entiende y práctica la política como arte de la maniobra sin escrúpulos y principios éticos, si acaso los del deshonesto. Elementos que nunca honran la palabra empeñada.

El maniobrero apela a los más detestables recursos en su quehacer político para lograr sus objetivos. De esa forma le inventa y atribuye lo peor al adversario.

En su agenda no existe la concepción de la política como ciencia para la dirección de los asuntos del Estado. Su accionar por el contrario raya en la bajeza que caracteriza al lumpen con su noción de la maldad.

Es lo que hace el estalinismo chavismo actualmente en el poder en Venezuela. Llegar a acuerdos en teoría con el adversario para luego........

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