La miseria atroz en la que vive más de un setenta por ciento de los venezolanos no ocupa lugar prioritario en el debate público venezolano, no está en casi ninguna agenda de la oposición y es desconocida de manera absoluta e insolente por la nomenclatura oficialista.

La pobreza estructural que nos abate, con su carencia de servicios médicos, de salarios dignos, de falta de luz agua, gas, transporte y servicios sociales, aparece como parte de un sumario diverso junto a los resultados deportivos, los escándalos de artistas y famosos y siempre en cuadros estadísticos que casi nadie lee.

De tanto sufrir, de tanta confrontación, de tanto mostrar nuestras llagas sangrantes al mundo, quienes ocupan roles de voceros del drama nacional han decidido silenciar la miseria y el infierno de necesidades y angustias que sufren millones de compatriotas sometidos al Holodomor impuesto por los programas de control social del gobierno socialista imperante.

Todo ello con la mirada indiferente de las instancias técnicas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que guardan silencios de velorio ante la muerte progresiva e indetenible de los venezolanos más vulnerables, callan por mucho tiempo y cuando se pronuncian, como ahora lo hace el relator de la ONU para la alimentación Michael Fakhri, sus informes no logran generar un impacto político porque la oposición democrática no tiene una estrategia mediática para aprovechar estas denuncias. Igual sucede con las instancias administrativas de la Unión Europea, la cual a nivel político fue promotora de una carta de entendimiento firmada en México y revalidada en Barbados, que tiene como punto principal el drama humanitario que vive el pueblo venezolano, pero al mismo tiempo financia por vía administrativa una agenda de diálogo donde se omite el tema de la pobreza para no herir la susceptibilidad de un régimen que disfruta la muerte y el exilio de venezolanos que no se sometan a sus designios vesánicos.

Quien nunca ha rendido banderas en la acusación del socialismo como exterminador de libertades sociales, políticas y económicas ha sido María Corina Machado, quien con terquedad, algunas veces solitaria, ha hecho defensa del sistema capitalista, de la economía de mercado, de la propiedad privada, como plataforma esencial e insustituible para el logro de una sociedad productividad y autosuficiente: “La gente ya no quiere depender de una caja Clap, la gente quiere un buen trabajo para comprar la comida que quieran” ha sido su mensaje recurrente.

Este discurso de quien actualmente lidera la oposición, se hizo volcán y de esta manera con una mayoría abrumadora el pueblo le dio un voto de confianza a quien se conectó con su drama cotidiano, con la pobreza lacerante convertida en una diáspora que fragmentó a la familia venezolana. Visibilizò la miseria de todo un pueblo y despertó emociones y esperanzas, ahora toca mantener esa emoción y darle consistencia a esa confianza popular mediante una oferta electoral seria, viable y entendible. Ese es un reto que debemos afrontar los venezolanos de buena voluntad.

Todo el cuadro de miseria anteriormente descrito y de rechazo al actual régimen, no es ejercicio de la imaginación de quienes escribimos en este espacio, sino que está seriamente demostrado mediante encuesta realizada por Meganàlisis a principio de año. El 72,1 por ciento de los encuestados opinaron que el 2023 fue un mal año y que el mayor anhelo de la población es el cambio de gobierno y la salida del chavismo del poder, que representa el 87,1 de la muestra. Por lo anterior en una elección por la presidencia, Machado obtendría el 87,9 por ciento y Maduro solo el 9,68. La migración masiva como consecuencia de la miseria en la cual vive el venezolano, hizo que, en los últimos 8 años, el 70,2 por ciento de los hogares ha tenido algún miembro en esa situación migratoria. Como prueba contundente de la pobreza crítica que espolea a nuestra población y cuya culpa la achaca al actual gobierno, sòlo el 14,5 de los interrogados està seguro de NO irse del país si Maduro gana las elecciones: es decir que el 85,5 de quienes participaron en la encuesta, huirían espantados ante un nuevo gobierno chavista.

Así de sombrío se vislumbran las expectativas electorales de quienes quieren continuar destruyendo al país moral, institucional y económicamente mediante un nuevo mandato. Al contrario, lo luminoso y esperanzador de la opción que lidera la oposición es tangible, de una certidumbre absoluta, por lo que tenemos el deber de hacerla realidad luchando con vigor “hasta el final”.

Jorge Rosell y Jorge Euclides Ramírez

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Visión Ciudadana: La miseria en la agenda política

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22.02.2024

La miseria atroz en la que vive más de un setenta por ciento de los venezolanos no ocupa lugar prioritario en el debate público venezolano, no está en casi ninguna agenda de la oposición y es desconocida de manera absoluta e insolente por la nomenclatura oficialista.

La pobreza estructural que nos abate, con su carencia de servicios médicos, de salarios dignos, de falta de luz agua, gas, transporte y servicios sociales, aparece como parte de un sumario diverso junto a los resultados deportivos, los escándalos de artistas y famosos y siempre en cuadros estadísticos que casi nadie lee.

De tanto sufrir, de tanta confrontación, de tanto mostrar nuestras llagas sangrantes al mundo, quienes ocupan roles de voceros del drama nacional han decidido silenciar la miseria y el infierno de necesidades y angustias que sufren millones de compatriotas sometidos al Holodomor impuesto por los programas de control social del gobierno socialista imperante.

Todo ello con la mirada indiferente de las instancias técnicas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que guardan silencios de velorio ante la muerte progresiva e indetenible de los venezolanos más vulnerables, callan por mucho tiempo y cuando se pronuncian, como ahora lo hace el........

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