Alguien se preguntará la razón por la cual seguimos insistiendo en este tema a través de este prestigioso medio. El Diario EL IMPULSO. La razón es que estamos ante un flagelo que ataca también a aquellos que viven una vida consagrada a servir al Dios Altísimo. Y es que la depresión es una enfermedad que no respeta a nadie, por cuanto es “el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; quien fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él” Apoc. 12:9, quien usa sus artimañas para entrampar a cualquiera. El apóstol Pedro lo describió así: “el diablo, cual león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8). Es por ello que debemos estudiar las tácticas del enemigo a fin de vencerlo. Y estas tácticas se fundamentan en lo que Dios nos enseña en su Santa Palabra escrita.

Mis estimados lectores, déjenme decirles que en un informe de la Organización Mundial de la Salud, este importante organismo explica, que el primer año de la pandemia por COVID-19, la prevalencia mundial de la ansiedad y la depresión aumentó un 25% . La preocupación por el posible aumento de las afecciones mentales ya había llevado al 90% de los países encuestados a incluir la salud mental y el apoyo psicosocial en sus planes de respuesta al COVID-19. Es de resaltar que por razones obvias en el tiempo cuando Jesús estuvo por primera vez en la tierra, no había métodos terapéuticos para tratar estos asuntos relacionados con la depresión, la ansiedad, el miedo y otras patologías que a lo largo de la existencia del hombre en este mundo de pecado lo han afectado. En ese tiempo sólo existía la FE en un Salvador que podía escuchar y responder a nuestras debilidades a través de la oración. Y hoy día lo sigue haciendo…

Mis estimados, la existencia de Juan El Bautista estaba predicha en las profecías, en el libro de Isaías. Y es menester adentrarnos en el Antiguo Testamento por cuanto un texto sin su debido contexto es solo un pretexto, y lo hacemos solo para presentar argumentos con verdadero sostén bíblico. Les cuento, hace más de 600 años el profeta Isaías anunció la presencia de Juan El Bautista en el tiempo de Jesús, decía… «CLAMA a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado” Isa.58:1

Cuando nació 600 años después, como lo anunció el profeta, Juan el Bautista se convirtió en un predicador audaz del arrepentimiento. La multitud acudía para oír su llamamiento al arrepentimiento bíblico. Anunciaba a alguien mayor que él. Aún Herodes se acercó para escuchar su denuncia del pecado. Juan predicaba con potencia lleno del Espíritu Santo, no tenía temor en denunciar el pecado por su nombre y apellido. No favorecía a nadie con su predicación al punto de confrontar con las Escrituras a los fariseos. Pero, reprendió al rey y terminó en la cárcel. Allí la FÉ DE JUAN VACILÓ. ¿Por qué un hombre lleno del Espíritu Santo desde el vientre de su madre dudó? Se preguntaba si JESÚS en verdad era el SALVADOR. De hecho envió a dos de sus discípulos a Jesús para asegurarse de la verdad. ¿Por qué dudó Juan? ¿Cómo Cristo logró darle tranquilidad y aclarar sus pensamientos? Ya lo he dicho antes, por cuanto era un hombre igual como cada uno de nosotros, falible, que vivía en un mundo de pecado. Sin embargo, murió trágicamente, pero seguro que lo que se le había encomendado lo cumplió.

Hasta el próximo ARTÍCULO Dios mediante.

William Amaro Gutiérrez
[email protected].

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La depresión de Juan el Bautista (Parte II)

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23.04.2024

Alguien se preguntará la razón por la cual seguimos insistiendo en este tema a través de este prestigioso medio. El Diario EL IMPULSO. La razón es que estamos ante un flagelo que ataca también a aquellos que viven una vida consagrada a servir al Dios Altísimo. Y es que la depresión es una enfermedad que no respeta a nadie, por cuanto es “el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; quien fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él” Apoc. 12:9, quien usa sus artimañas para entrampar a cualquiera. El apóstol Pedro lo describió así: “el diablo, cual león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8). Es por ello que debemos estudiar las tácticas del enemigo a fin de vencerlo. Y estas tácticas se fundamentan en lo que Dios nos enseña en su Santa Palabra escrita.

Mis estimados lectores, déjenme decirles que en un informe de la Organización Mundial de la Salud, este importante organismo........

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