Para volver a ser atractivo, el FA debe reinventarse en la forma, pero especialmente en el fondo, en lo que proponen al país y, también, ser capaces de reconocer que se equivocaron y que algo han aprendido de todo el fatídico 2023 para ellos.

La resolución del Servicio Electoral (Servel) que solicitó la disolución de Comunes, restando solo tres días para terminar el año 2023, fue un verdadero corolario de una serie de problemas, desaciertos y errores de la principal coalición con que el Presidente Gabriel Boric llegó al poder, y que terminaron por dejar al descubierto algo que ya se insinuó durante el primer año de gestión del Mandatario: que el Frente Amplio (FA) fue una buena plataforma electoral, pero un muy cuestionable grupo de gobierno.

Comunes ya había sido investigado antes de cambiarse de nombre –partido Poder Ciudadano– por irregularidades en el manejo de los fondos de campaña, lo que fue corroborado por el Servel ahora, sin contar que Karina Oliva, una de las cartas auspiciosas de ese conglomerado hace un par de años, estuvo involucrada en líos de plata en su campaña para gobernadora por Santiago.

Durante 2023, el Frente Amplio se convirtió en una verdadera caricatura de sí mismo. Envuelto en casos de corrupción y desvío de platas destinadas a los más vulnerables de todos, los sin casa, el primer partido en caer en desgracia fue Revolución Democrática (RD). Y no solo arrastró a subsecretarios, seremis e incluso una diputada al abismo, sino que, además, dejó en evidencia la paradoja de uno de los atributos con que más se jactaba este grupo de jóvenes que comenzó la lucha política en las universidades y luego continuó en el Parlamento: la superioridad moral sobre el resto de la clase política. Se burlaron no solo de sus rivales de derecha, sino que principalmente de los viejos vinagre de la ex Concertación y ex Nueva Mayoría. Dijeron que venían a cambiar todo lo que los viejos no habían sido capaces de hacer en “30 años”. Qué mejor representación de esta superioridad moral y generacional que el intento fallido, frustrado y torpe de Izkia Siches de ingresar a Temucuicui a menos de 48 horas de iniciado el período de Boric.

Después vendría la mirada despectiva de Giorgio Jackson, diciendo que la “escala de valores y principios” políticos del Gobierno al que pertenecía distaba mucho de la generación que los antecedió. Y de manera premonitoria –de lo que pasaría en 2023 con su propio partido–, remató su intervención de superioridad con la siguiente frase: “Tenemos infinitamente menos conflictos de interés que otros que trenzaban entre la política y el dinero. Son tantos años de administrar el poder que es muy fácil tener al mismo tiempo espacio de poder político, y al mismo tiempo tener un compromiso con algún negocio que pueda estar por fuera”. Un año después de decir estas palabras, estaba fuera del Gobierno –pese a la cercanía con el Presidente– y varios militantes de RD en la cárcel o investigados por las fiscalías de distintas ciudades de Chile. Vaya paradoja.

En síntesis, dos de los tres partidos que integran el Frente Amplio –Comunes y Revolución Democrática– quedaron seriamente dañados donde más duele: en su ADN, precisamente por temas de probidad. Comunes, obligado a desaparecer institucionalmente; el otro, RD, colgando de la cornisa. El 2024, cuando las investigaciones de la Fiscalía avancen más, de seguro que el partido creado por Giorgio podría seguir el mismo destino. Solo se salva –hasta ahora– Convergencia Social (CS), el partido del Mandatario, que tiene a uno de los mejores líderes y vocero del sector: Gonzalo Winter.

Por tanto, el escenario con que terminó el conglomerado base de apoyo del Presidente el año que recién pasó es francamente desolador. Tanto es así, que en 2023 los viejos vinagres de la ex Concertación se han apoderado de La Moneda, partiendo por el fuerte peso e influencia que ha tomado Michelle Bachelet en el Gobierno. Ha incorporado a exministros y colaboradores en calidad de asesores –como Juan Carvajal o Ana Lya Iriarte–, a embajadores –José Antonio Viera-Gallo– y hasta al vocero clave del plebiscito, Francisco Vidal. Ya no se escuchan voces críticas, entre los jóvenes del Frente Amplio, por el arribo de este grupo grande y poderoso del PS, MAPU y otros vejestorios. Pero, además de incluir a los viejos, han repetido las mismas conductas por las que descueraron a otros, como la reunión de dos ministros en casa de Zalaquett con los grandes industriales de la pesca, o el acuerdo con SQM, del yerno de Pinochet.

Pero la crisis del FA no empezó con el caso Convenios. Unos meses antes, el Presidente Boric ya había planteado que los partidos que integraban la alianza debían fusionarse y transformarse en el partido Frente Amplio. Por supuesto, la idea hablaba del realismo y el cable a tierra forzoso que tuvo que hacer el Primer Mandatario, incluyendo tener que seguir con los Estados de Excepción, expulsar a migrantes, aplicar mano dura con la delincuencia y, por supuesto, apoyar de manera irrestricta a Carabineros. ¿Se imaginan lo que los Frente Amplio habrían dicho de Bachelet o de Lagos si les hubiera tocado tomar esas decisiones en su momento? Al menos les dirían “traidores”.

Pero la buena idea de Boric hace solo seis meses, de convertirse en el partido Frente Amplio, ya no tiene vigencia hoy. El panorama ha cambiado radicalmente. Creo que la marca “Frente Amplio” quedó tan dañada que es prácticamente irreversible volver a levantar una opción atractiva con ese nombre. Más allá de las caídas de RD y Comunes, el problema de fondo es que el FA se quedó sin relato. Ya no pueden decir que son superiores moralmente, que son probos y que no tienen conflictos de intereses, porque la verdad es que pasaron a ser gemelos de los partidos que antes criticaron ácidamente, con las mismas malas prácticas y abusos de aquellos a quienes despreciaron con tanta fuerza en el pasado reciente.

Por supuesto, en estos casos están pagando justos por pecadores, incluido Convergencia Social. Sin embargo, cuando una marca política –esto es válido para cualquier marca– pierde valor, se desfigura y se vuelve tóxica, lo más recomendable es crear una nueva identidad y traspasarle los atributos positivos, dejando los negativos en la marca anterior.

Para volver a ser atractivo, el FA debe reinventarse en la forma, pero especialmente en el fondo, en lo que proponen al país y, también, ser capaces de reconocer que se equivocaron y que algo han aprendido de todo el fatídico 2023 para ellos. Claro que deben apurarse, las elecciones municipales y de gobernadores están a la vuelta de la esquina.

A propósito, ¿en qué está Bea Sánchez?

QOSHE - El funeral del Frente Amplio - Germán Silva Cuadra
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El funeral del Frente Amplio

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03.01.2024

Para volver a ser atractivo, el FA debe reinventarse en la forma, pero especialmente en el fondo, en lo que proponen al país y, también, ser capaces de reconocer que se equivocaron y que algo han aprendido de todo el fatídico 2023 para ellos.

La resolución del Servicio Electoral (Servel) que solicitó la disolución de Comunes, restando solo tres días para terminar el año 2023, fue un verdadero corolario de una serie de problemas, desaciertos y errores de la principal coalición con que el Presidente Gabriel Boric llegó al poder, y que terminaron por dejar al descubierto algo que ya se insinuó durante el primer año de gestión del Mandatario: que el Frente Amplio (FA) fue una buena plataforma electoral, pero un muy cuestionable grupo de gobierno.

Comunes ya había sido investigado antes de cambiarse de nombre –partido Poder Ciudadano– por irregularidades en el manejo de los fondos de campaña, lo que fue corroborado por el Servel ahora, sin contar que Karina Oliva, una de las cartas auspiciosas de ese conglomerado hace un par de años, estuvo involucrada en líos de plata en su campaña para gobernadora por Santiago.

Durante 2023, el Frente Amplio se convirtió en una verdadera caricatura de sí mismo. Envuelto en casos de corrupción y desvío de platas destinadas a los más vulnerables de todos, los sin casa, el primer partido en caer en desgracia fue Revolución Democrática (RD). Y no solo arrastró a subsecretarios, seremis e incluso una diputada al abismo, sino que, además, dejó en evidencia la paradoja de uno de los atributos con que más se jactaba este grupo de jóvenes que comenzó la lucha política en las universidades y luego continuó en el........

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