Para los que nos encontramos transitando el tramo final del camino, y para todos los que se quieran preparar para una vida plena, me propongo compartir algunas reflexiones sobre las estrategias para “agregar vida a los años”, popular concepto que sintetiza la esperanza en el envejecimiento saludable.

*La mayoría de las cosas buenas que nos ocurren no son el resultado de una planeación obsesiva, sino de nuestra generosidad.

*El equilibrio emocional es indispensable para mantener la salud. La depresión es una enfermedad médica tratable que afecta a media humanidad. Aprender a identificarla en nosotros mismos y en nuestros seres queridos evita mucho sufrimiento. Ignorarla impide su tratamiento y lleva a la disminución en la calidad de vida.

* Para preservar la integridad personal y evitar el envenenamiento del alma, es fundamental mantenerse lejos de personas “tóxicas” y de los seres “de la mentira,” incluyendo zalameros, hipócritas, conflictivos, agresivos, narcisistas y antisociales. Son artistas del disimulo y la farsa y no quieren a nadie. Además, son expertos en generar sentimientos de culpa, arma poderosa que les sirve para manipular a los demás. Intentar cambiarlos o mantener una relación con ellos es misión imposible.

*Tratar de controlar a otras personas generalmente no da resultados. En consecuencia, lo más inteligente es permitir que las cosas fluyan. ¿Cuánto hubiera cambiado nuestra vida para bien, y cuánta energía hubiéramos podido invertirle a asuntos gratos, si no la hubiéramos dilapidado tratando de controlar lo incontrolable?

*A los que están en edad de retiro hay que recomendarles que jamás se jubilen… del todo. Que se mantengan muy ocupados en asuntos gratificantes. Que jamás renuncien a la pasión. Que hagan cosas divertidas. Que dediquen espacios cotidianos a los aspectos espirituales, la lectura, al silencio y a la meditación, pues son la mejor compañía.

*A los amargados por el pasado les conviene perdonar sus propios errores y ser capaces, en la medida de lo humanamente posible, de superar viejos rencores.

* Para todos es fundamental, siempre, hacer énfasis en lo positivo. Nunca en lo negativo. Aprender a mirar la realidad de frente y adaptarse a ella. Y tener siempre presente que lo único liberador es la verdad.

* El pilar fundamental de la salud física y mental es el ejercicio cotidiano. Existe una avalancha creciente de estudios científicos que demuestran el beneficio del ejercicio físico. Quiero resaltar el estudio de cohortes realizado por el Centro Cooper entre 19.458 personas, que mostró que aquellas con las mejores rutinas de ejercicio a los 50 años se encontraban, 25 años más tarde, con un 36 % menos signos de demencia que los del grupo con una historia de poco ejercicio. El beneficio es mayor entre antes se inicie, pero será evidente si se comienza a cualquier edad y se combinan las cuatro modalidades básicas: Ejercicio aeróbico que aumenta el consumo máximo de oxígeno, e incluye, por ejemplo, caminar, trotar, nadar o montar en bicicleta. Resistencia (levantar pesas). Flexibilidad. Y Equilibrio.

Cada quien tiene que encontrar sus razones para hacer ejercicio. Yo lo hago porque me da energía, mejora la calidad de mi sueño y porque deseo tener un “grip” fuerte que me permita agarrarme del pasamanos para no salir rodando escaleras abajo.

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