Por: Lic. Never Gonzalo Zenteno Cazasola
La matemática, a menudo percibida como un campo desafiante y complejo, juega un papel crucial en nuestra comprensión del mundo, pero ¿por qué tantos encuentran dificultades para aprenderla?
En primer lugar, la naturaleza abstracta de la matemática puede ser un obstáculo significativo. A diferencia de las ciencias sociales o las lenguas, que se relacionan directamente con experiencias humanas cotidianas y pueden ser comprendidas a través de la observación y la interacción, la matemática requiere una comprensión de conceptos que no siempre tienen una aplicación directa o visible en nuestra vida diaria. Esta abstracción requiere un tipo de pensamiento que no todos desarrollamos de manera natural, lo que puede hacer que el aprendizaje de la matemática sea menos intuitivo.
Además, la forma en que se enseña la matemática en muchos sistemas educativos puede contribuir a estas dificultades. Tradicionalmente, la enseñanza de la matemática se ha centrado en la memorización y la repetición de procedimientos, en lugar de en la comprensión profunda de los conceptos subyacentes y su aplicación práctica. Este enfoque puede llevar a una falta de comprensión conceptual, lo que hace que los estudiantes se sientan desconectados de la materia y menos capaces de aplicar lo que han aprendido a problemas nuevos o no familiares.
La ansiedad matemática es otro factor que no debe subestimarse. Muchos estudiantes desarrollan un miedo o ansiedad hacia la matemática desde una edad temprana, lo que puede ser resultado de experiencias negativas, como la dificultad para entender un tema o la presión por obtener buenos resultados en exámenes. Esta ansiedad puede crear un ciclo negativo, donde el miedo a la materia hace que sea más difícil aprenderla, lo que a su vez refuerza el miedo y la aversión hacia ella.
Además, la percepción social de la matemática como una disciplina especialmente difícil y reservada solo para «mentes matemáticas» puede disuadir a muchos de intentar superar sus dificultades. Esta estigmatización puede llevar a una falta de confianza en la capacidad de uno para aprender matemática, lo que obstaculiza aún más el proceso de aprendizaje.
Para abordar estos desafíos, es fundamental adoptar enfoques de enseñanza que promuevan la comprensión conceptual y demuestren la relevancia práctica de la matemática en el mundo real. Los educadores deben esforzarse por presentar la matemática de manera más accesible y atractiva, fomentando un ambiente de aprendizaje que reduzca la ansiedad y aliente a los estudiantes a explorar y comprender los conceptos matemáticos en profundidad.
En conclusión, las dificultades para aprender matemática no se deben simplemente a la naturaleza de la disciplina, sino también a cómo se enseña y se percibe en nuestra sociedad. Al abordar estos aspectos, podemos mejorar la experiencia de aprendizaje de la matemática y permitir que más estudiantes descubran no solo su utilidad, sino también su belleza.