Eduardo Claure

En política y psicología, divide y vencerás o dividir para reinar es ganar y mantener el poder mediante la ruptura de las concentraciones más grandes, en fracciones que tienen menos energía en su aislada individualidad. En resumidas cuentas, la técnica permite a un poder central, que puede ser un gobierno despótico, o una gobernación “colonial-imperialista”, compuesta por un número relativamente pequeño de actores políticos, a gobernar y dominar a una población mucho más numerosa, y de una forma relativamente simple a la que mantiene bajo presión permanente. La característica típica de esta técnica, consiste pues en crear o alimentar disputas y controversias entre las facciones originales. Al proceder de esta manera, se contribuye al debilitamiento y posterior deterioro de las relaciones entre las facciones dominadas, haciendo imposible o dificultando las alianzas o coaliciones entre ellas, lo que sí se llegara a concretar podría cuestionar el orden establecido. Que la técnica «divide y vencerás» es aplicable proporcionando resultados satisfactorios, está bien documentado por la historia, particularmente en el caso de sociedades fragmentadas y con pocas tradiciones comunes, frente al poder de un gran “Imperio”.
Esta es la tragedia del MAS-IPSP, que durante 18 años de gobierno/Estado/partido, “reinó” dividiendo a la oposición política sobre la cual aplicó políticas duras, rígidas e inflexibles de persecución implacable que la desmembró, esparció y anuló. Dividió sindicatos, comunidades, organizaciones sociales, creando otras dirigencias o liderazgo en sus bases. Hoy, la disputa interna del este movimiento de masas, tiene arrinconado al jefazo Evo y su partido (pues está rodeado de sus exministros y asesores), mientras Arce Catacora tendría a todas luces, a sus movimientos sociales originales de tal manera que lleve a cabo su congreso del 3, 4 y 5 de mayo próximo en El Alto, sin dificultades mayores. Las formas y figuras institucionales de ley que utiliza el TSE con sus argumentaciones legales y otras contenidas en sus recientes resoluciones, indican qué: La primera observación es que la convocatoria incumple el estatuto del MAS en el acápite referido a que la convocatoria debe ser convocada «previo consenso con las organizaciones matrices nacionales». La segunda observación es que la convocatoria sólo está suscrita por 8 de los 14 miembros de la Dirección Nacional del MAS. La tercera observación dice convocatoria está firmada por ciudadanos que no son parte de la Dirección Nacional; y, La cuarta observación es que no fue difundida en medios de comunicación.
Este entuerto creado y aplicado hábilmente fue la estrategia masista desde el 2006 y en la actualidad es la pesadilla del jefazo y sus conmilitones de sus tres gestiones. Es decir, está probando de su propia medicina, que hoy a luz de los hechos, más parece veneno que remedio. Ya en noviembre del pasado año, el TSE decidió, en Sala Plena, ratificar su fallo, por lo que el Congreso de Lauca Ñ de los «evistas» fue anulado, declarando, además, improcedente el recurso presentado por el ala «radical» del partido azul. Adicionalmente existe un fallo del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) que inhabilita a Evo Morales a ser candidato para las elecciones del 2025. Este panorama muestra al mejor operador político del gobierno el TSE de la mano del TCP y del ministro de justicia. Como se ha visto abundantemente a lo largo de los últimos 18 años, al MAS no le importan los estatutos, tampoco ha respetado leyes e incluso la Constitución Política del Estado, su irrespeto desinstitucionalizó toda la administración pública. Siempre ha ido más allá violando principios de la moral y ética política, por ejemplo, extendió sus mandatos, pese a que la Carta Magna no se lo permitía; por lo tanto, el pataleo legal, legitimo o institucional de los asesores de Morales, que en estas últimas semanas han tratado de explicar que él es el elegido, contra viento y marea, están encontrando que se pusieron en camisa de once varas. Pareciese una estrategia del TSE para lavarse las manos y no anular la PJ del MAS-IPSP como órgano rector, sino que, el acabose venga de los mismos masis nazistas, sin provocar una hecatombe política dirigida por el TSE: “estrategia envolvente” la del órgano electoral: los separa definitivamente, los une, o, anula a todos, y Lucho va con otra sigla y color. Sería la caída al precipicio, el fin del MAS-IPSP. Se comprobaría que el líder Morales y su entorno palaciego se apartaron de sus bases sociales indígenas originarias, campesinas, obreras y otros, suplantándolas por gente oportunista que durante 18 años acapararon el poder del que se suponía aquellas bases “gobernarían” por “500 Años”.
Este escenario, está mostrando hasta dónde a ciertos políticos, NO les interesa realmente el país y su gente. Aquí se ve de qué madera habían estado hechos. El país se debate en una crisis económica, política, de justicia y sobre todo medioambiental, inocultable. La gente de a pie sufre la escalada de precios de los productores de la canasta familiar, la escasez de combustible, la desocupación, el contrabando que a provocado 55 ataques a fuerzas policiales y del ejercito en los dos recientes años, permanente persecución política/judicial, corrupción imparable, narcotráfico campante, miembros de El Tren de Aragua operando en el altiplano y la frontera con Chile, la criminalidad haciendo lo suyo en diversas ciudades, etc. Este panorama, debe ser de profunda reflexión para la clase política que no termina de emitir una posición para lo que sucede y el pueblo, la gente, el soberano siente y piensa de la destrucción sistemática de los principios básicos sobre los que se construyeron los sentimientos de bolivianidad, el civismo republicano que ha desaparecido. No ver esta realidad y que esta no sea considerada en sus propuestas programáticas para ser gobierno el 2025, es definitivamente, lamentable: debe superarse esta decadencia política. El provinciano regionalismo enseñado por un catecismo pueblerino distorsiona lo nacional y de visión país, que tanta falta hace los bolivianos.

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Dividir para reinar, crear paralelismo o probar de su misma medicina

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12.04.2024

Eduardo Claure

En política y psicología, divide y vencerás o dividir para reinar es ganar y mantener el poder mediante la ruptura de las concentraciones más grandes, en fracciones que tienen menos energía en su aislada individualidad. En resumidas cuentas, la técnica permite a un poder central, que puede ser un gobierno despótico, o una gobernación “colonial-imperialista”, compuesta por un número relativamente pequeño de actores políticos, a gobernar y dominar a una población mucho más numerosa, y de una forma relativamente simple a la que mantiene bajo presión permanente. La característica típica de esta técnica, consiste pues en crear o alimentar disputas y controversias entre las facciones originales. Al proceder de esta manera, se contribuye al debilitamiento y posterior deterioro de las relaciones entre las facciones dominadas, haciendo imposible o dificultando las alianzas o coaliciones entre ellas, lo que sí se llegara a concretar podría cuestionar el orden establecido. Que la técnica «divide y vencerás» es aplicable proporcionando resultados satisfactorios, está bien documentado por la historia, particularmente en el caso de sociedades fragmentadas y con pocas tradiciones comunes, frente al poder de un gran “Imperio”.
Esta es la tragedia del MAS-IPSP, que durante 18 años de gobierno/Estado/partido, “reinó” dividiendo a la oposición política sobre la cual aplicó políticas duras, rígidas e inflexibles de persecución implacable que la desmembró, esparció y anuló. Dividió sindicatos,........

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