Eduardo Claure

El país desde sus orígenes, presenta la vía de acceso a enormes recursos naturales: minerales, agrícolas y forestales aún sin explotar y sobre los cuales no existe una política de Estado para la gestión de los mismos. La variedad y cantidad de recursos naturales y la diversidad de Bolivia, permiten una integración vertical significativa y le confieren al país una ventaja competitiva intrínseca. Bolivia es del tamaño de Francia y España juntos, con oportunidades disponibles de más de un millón de kilómetros cuadrados, de los cuales dos tercios del área del país son regiones tropicales y más de las tres cuartas partes de su territorio son tierras cultivables, con tres tipos de climas (frío, templado y tropical), que configuran extensas regiones con variedad de microclimas. Esta diversidad permite la producción de una variedad sin límites de productos agrícolas y frutales. Bolivia también ha sido bendecida con una enorme riqueza y diversidad de recursos minerales, metálicos y no metálicos fácilmente accesibles y de gran rentabilidad aprovechadas por empresas extranjeras durante decenios, sino siglos, como ha sido el oro, la plata, platino y piedras semipreciosas. Los bosques cubren el 50 por ciento de nuestro territorio con maderas duras como el cedro, mara y roble, que, como se conoce son devastados por explotaciones ilegales y avasallamientos en manos de interculturales, cocaleros, traficantes de tierras, maderas y empresas del agropoder oriental.
Bolivia al estar situada en la parte central de Sudamérica, ocupa una posición geográfica ideal para ingresar al vasto mercado de la región que significa acceso a 370 millones de personas en los países vecinos. Lamentablemente no se dispone de un Sistema Legal modernizado -globalizado y geopolítico-, Incentivos y legislación atractiva para actividades de exportación, y un Ágil sistema de aprobaciones y fomentos comerciales, así como un riguroso control ambiental.
La larga historia de la minería nos permite concluir señalando que solamente el 10% de los vastos recursos minerales en Bolivia han sido explotados en la extensa zona del Precámbrico que cubre un tercio de la superficie de Bolivia, considerado uno de los más ricos yacimientos de minerales del mundo, entregadas a manos de transnacionales bajo coinversiones o “Joint Ventures” de los 80 y 90, especialmente, como fueron la Battle Mountain Gold, Río Tinto Zinc, Minproc, Minnova y Jordex, que provocaron reacciones del sector laboral en las CODes y COB, especialmente entre las de Oruro y Potosí, por el tema de pago de regalías y su elevación. Adicionalmente, otras trece compañías de Australia, Reino Unido, Canadá, España, Hong Kong, Irlanda y EE.UU. estuvieron explotando minerales que no contribuyeron en nada o muy poco en materia del desarrollo nacional, a pesar de explotar grandes yacimientos de oro, plata, platino, antimonio, cobre, zinc, plomo, estaño, azufre, potasio, litio, boratos y otros contenidos como indio y germanio asociados a otros minerales. El paso de aquellas empresas solo dejó degradación ambiental.
La minería continuará siendo un rubro controversial, pues su explotación, por cooperativas mineras y particulares o grandes empresas extranjeras, no cejarán en su depredadora actividad, en tanto y en cuanto la legislación ambiental es burlada por el partido/Estado/gobierno, que permite la degradación suelos y aguas, bosques y pueblos indígenas de tierras bajas. Información de SERGEOTECMIN, revela que únicamente se ha efectuado la identificación de un 39% de la superficie con estudios de investigación en geología económica del territorio nacional: en la Meseta de los Frailes (Potosí), que abarca las provincias Abaroa y Pagador de Oruro, y Chayanta, Quijarro y Tomás Frías de Potosí, con una superficie de 15.000 km2; la Meseta de Morococala de Oruro, con una superficie de 2.000 km2 de influencia en las provincias Cercado y Pantaleón Dalence; el SubAndino Sur ubicado en Tarija, que corresponde a 132 km2 de la provincia O’Connor y con influencia en Cuevo y Canaletas; en Alto Chapare en Cochabamba que abarca 600 km2 en la provincia Chapare; en San Ignacio de Velasco en Santa Cruz que abarca una extensión de 4.900 km2 en la provincia Velasco, San Ignacio de Velasco, San Ramón y Guarayos.
Bolivia, aparte de la CPE, tiene 16 macro leyes respecto a temas AMBIENTALES, de los RR.NN., biodiversidad. (S.e.u.o), adicionalmente de 10 normas “incendiarias” a partir del año 2015 luego de la “Cumbre Sembrando Bolivia” que facilitaba el ingreso a Áreas Naturales Protegidas para la exploración y explotación de hidrocarburos. Entre las leyes señaladas tenemos: Ley de Aguas (1906); Decreto Ley 12301 de Vida Silvestre, Parques Nacionales, Caza y Pesca (1975); Código de Minería (1977); Ley de Medio Ambiente (1992); Ley INRA 1715 Crea la Superintendencia Agraria (1996); Ley Forestal (1996); Ley de Servicios de Agua Potable y Alcantarillado Sanitario (1999); Ley Nº 3545 de Reconducción Comunitaria de la Reforma Agraria, modifica la Ley Nº 1715 INRA (2006); Constitución Política del Estado Plurinacional (2009); Ley de Derechos de la Madre Tierra (2010); Ley de Desarrollo Integral (2010); Ley Marco de Autonomías y Descentralización (2010); Ley de Gobiernos Autónomos Municipales (2014); Ley de Minería y Metalurgia (2014); Código Penal (2015); Ley de Uso y Manejo Racional de Quemas (2019).
Bolivia, está de la mano de cierta clase política, en una meteórica carrera política electoral hacia las elecciones del Bicentenario del 2025, que de no mediar acciones concretas y políticas, de tal manera que las propuestas traducidas en programas que oferten y den certidumbre en materia medioambiental -sería mucho pedir visión ecológica- a quienes terciarán en esta cerrera electoral y se espera que este tema transversal en políticas públicas, sean incorporadas en sus propuestas programáticas. Es lo menos que puedan hacer, lo propio en una modificación del régimen de regalías.

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La tragedia de las riquezas naturales bolivianas

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25.03.2024

Eduardo Claure

El país desde sus orígenes, presenta la vía de acceso a enormes recursos naturales: minerales, agrícolas y forestales aún sin explotar y sobre los cuales no existe una política de Estado para la gestión de los mismos. La variedad y cantidad de recursos naturales y la diversidad de Bolivia, permiten una integración vertical significativa y le confieren al país una ventaja competitiva intrínseca. Bolivia es del tamaño de Francia y España juntos, con oportunidades disponibles de más de un millón de kilómetros cuadrados, de los cuales dos tercios del área del país son regiones tropicales y más de las tres cuartas partes de su territorio son tierras cultivables, con tres tipos de climas (frío, templado y tropical), que configuran extensas regiones con variedad de microclimas. Esta diversidad permite la producción de una variedad sin límites de productos agrícolas y frutales. Bolivia también ha sido bendecida con una enorme riqueza y diversidad de recursos minerales, metálicos y no metálicos fácilmente accesibles y de gran rentabilidad aprovechadas por empresas extranjeras durante decenios, sino siglos, como ha sido el oro, la plata, platino y piedras semipreciosas. Los bosques cubren el 50 por ciento de nuestro territorio con maderas duras como el cedro, mara y roble, que, como se conoce son devastados por explotaciones ilegales y avasallamientos en manos de interculturales, cocaleros, traficantes de tierras, maderas y empresas del agropoder........

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