Las alternativas económicas nacionales viables y populares requieren condiciones que contribuyan a construirlas y sostenerlas. Un gobierno independiente y que rinda cuentas de sus actuaciones puede garantizar estas instituciones habilitantes, incluida la aprobación del marco legislativo adecuado.

Para el Sur global la globalización ha significado a menudo una renovada dominación extranjera. Aunque se remonta a la era del imperio, la dominación extranjera es menos evidente en la época poscolonial, lo que hace más difícil organizarse contra ella. La soberanía nacional y la independencia son necesarias para desarrollar y sostener alternativas económicas populares viables. Para ello es necesario abordar las realidades contemporáneas. Incluso pueden surgir algunas oportunidades inesperadas de los nuevos retos a los que nos enfrentamos. Para que una alternativa sea popular y sostenible, debe mantenerse la cooperación entre fuerzas sociales nacionales significativas. Negociar, preservar, fortalecer y «actualizar» dicha colaboración es necesario para promover los intereses nacionales populares.

Ello se convierte en un reto cuando los implicados no se encuentran en una situación de igualdad de condiciones. Al fin y al cabo, vivimos en un mundo dominado por poderosos intereses privados, que suelen actuar a través de corporaciones empresariales, siendo las transnacionales las más influyentes. La mayoría de la gente sabe que esa dominación se ejerce a través de activos económicos, pero esta ha implicado cada vez más también el control de los principales medios de comunicación.

Los discursos públicos globales se han remodelado, incluso en las instituciones multilaterales. Así, por ejemplo, el Foro Económico Mundial de Davos, dominado por empresas que carecen de toda representación, establece las agendas de las conferencias multilaterales en interés de los «amos del universo». Más de setenta jefes de gobierno y de Estado asistieron a la última cumbre de Davos, muchos más que los presentes en el último Debate General de la ONU celebrado el pasado mes de septiembre en Nueva York. ¿Puede el desarrollo de medios de comunicación alternativos configurar mejor nuestros discursos, ya que nuestros intereses rara vez coinciden con los de quienes efectivamente detentan el control de los mismos?

Katarina Pistor ha demostrado que la ley no es en absoluto neutral, sino crucial para el funcionamiento del capitalismo. Así, el establecimiento y la aplicación de las normas legales privilegian los intereses de quienes las conforman. Los poderosos hacen la ley para legitimar sus intereses y prácticas, por ejemplo, haciendo cumplir los contratos o garantizando los derechos de propiedad, etcétera. El marco jurídico define cómo funcionamos, qué se considera legal e ilegal y qué es lícito e ilícito. El estudio de la Unión Africana y la Comisión Económica para África, presidida por el expresidente sudafricano Thabo Mbeki, reconoció que muchas prácticas ilícitas no son ilegales. La salida ilícita masiva de recursos financieros caracteriza la realidad de la mayor parte del Sur global.

Esta hemorragia se ha agravado durante las últimas décadas a medida que los países en vías de desarrollo competían por atraer inversiones extranjeras y para ello desregulaban y abrían sus cuentas de capital con la esperanza de que de este modo, como afirmaban los economistas, lo recursos fluirían de modo abundante hacia sus economías. Por el contrario, los recursos no han fluido hacia estas, sino que a la inversa han transitado desde las mismas, que son pobres en capital, hacia las economías desarrolladas, que poseen abundancia del mismo. Las finanzas han transformado las economías y las comunidades durante las últimas décadas. La creciente influencia de estos intereses ha limitado cada vez más la capacidad de las autoridades monetarias y financieras nacionales para gestionar los tipos de interés y los tipos de cambio. De ahí que solo los gobiernos y las instituciones financieras multilaterales puedan crear marcos que permitan un acceso preferente a la financiación en condiciones favorables. La inclusión y la rendición de cuentas pueden ayudar a garantizar que los gobiernos sirvan mejor al interés público.

La Independent Commission for the Reform of International Corporate Taxation recomendó un tipo impositivo universal mínimo del impuesto de sociedades del 25 por 100. La secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, propuso ulteriormente el 21 por 100, el tipo vigente hoy en Estados Unidos, para minimizar la oposición política en Washington. Sin embargo, el primer ministro británico, Boris Johnson, lo redujo al 15 por 100 en la reunión del G7 de la que fue anfitrión. El Inclusive Framework for Base Erosion and Profit Shifting (BEPS) de la OCDE y el G20 parece compartir la opinión de la primera de estas instituciones, que postula que los ingresos fiscales se distribuyan de acuerdo con el criterio del país de venta de los productos, no del país que produce los mismos. A tenor del mismo, los países en vías de desarrollo salen perdiendo, ya que por lo general producen mucho más de lo que pueden permitirse consumir. Con el asesoramiento extranjero conformando las políticas de los países en vías de desarrollo, sus tipos impositivos y su porcentaje de ingresos respecto a la producción han descendido durante décadas. De ahí que los países endeudados crean que tienen que recortar el gasto público.

Como era de esperar, la mayoría de los países en vías de desarrollo ha apoyado la resolución del grupo africano para convertir a la ONU en el único organismo legítimo para definir la cooperación fiscal internacional, socavando así las pretensiones del BEPS.

La liberalización del comercio es un arma de doble filo, ya que puede aumentar las exportaciones para obtener más divisas, pero también destruir las capacidades y los recursos económicos existentes para garantizar la industrialización y la seguridad alimentaria. Los países ricos, incluido Estados Unidos, que es el mayor exportador agrícola del mundo, han sostenido su producción de alimentos gracias al apoyo de sus gobiernos mediante la protección arancelaria y las subvenciones. Pero mientras se permiten tales subvenciones, a los países en vías de desarrollo se les ha impedido utilizar los aranceles para garantizar su seguridad alimentaria. Estados Unidos subvenciona la producción de maíz para obtener aceite del mismo con el que fabricar posteriormente bioetanol. El jarabe de maíz y el pienso para pollos también se subvencionan en el proceso. En consecuencia, las exportaciones estadounidenses de pollo han acabado con muchos avicultores de todo el mundo.

Los precios de los alimentos aumentaron bruscamente durante algunos meses tras la invasión rusa de Ucrania. Jayati Ghosh ha demostrado que estas subidas de los precios de los alimentos se debieron principalmente a la especulación y a la manipulación de los precios, pero no a interrupciones del suministro causadas por la guerra. Los mercados de futuros redujeron en su día las fluctuaciones de los precios de los productos básicos, pero más recientemente han tenido importantes efectos perturbadores, debido ante todo a la naturaleza cambiante de los mercados de materias primas al contado, de futuros y de opciones, especialmente dado el impacto de la especulación financiera masiva programada mediante algoritmos e inteligencia artificial.

Foro Económico Mundial de los Pueblos

Comentarios editados de la intervención en el Foro Económico Mundial de los Pueblos en el marco del Foro Social Mundial celebrado en Katmandú, Nepal, 15-19 de febrero de 2024.

QOSHE - Construir alternativas económicas nacionales populares - Jomo Kwame Sundaram
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Construir alternativas económicas nacionales populares

7 0
24.03.2024

Las alternativas económicas nacionales viables y populares requieren condiciones que contribuyan a construirlas y sostenerlas. Un gobierno independiente y que rinda cuentas de sus actuaciones puede garantizar estas instituciones habilitantes, incluida la aprobación del marco legislativo adecuado.

Para el Sur global la globalización ha significado a menudo una renovada dominación extranjera. Aunque se remonta a la era del imperio, la dominación extranjera es menos evidente en la época poscolonial, lo que hace más difícil organizarse contra ella. La soberanía nacional y la independencia son necesarias para desarrollar y sostener alternativas económicas populares viables. Para ello es necesario abordar las realidades contemporáneas. Incluso pueden surgir algunas oportunidades inesperadas de los nuevos retos a los que nos enfrentamos. Para que una alternativa sea popular y sostenible, debe mantenerse la cooperación entre fuerzas sociales nacionales significativas. Negociar, preservar, fortalecer y «actualizar» dicha colaboración es necesario para promover los intereses nacionales populares.

Ello se convierte en un reto cuando los implicados no se encuentran en una situación de igualdad de condiciones. Al fin y al cabo, vivimos en un mundo dominado por poderosos intereses privados, que suelen actuar a través de corporaciones empresariales, siendo las transnacionales las más influyentes. La mayoría de la gente sabe que esa dominación se ejerce a través de activos económicos, pero esta ha implicado cada vez más también el control de los principales medios de comunicación.

Los discursos públicos globales se han remodelado, incluso en las instituciones multilaterales. Así, por ejemplo, el Foro Económico Mundial de Davos, dominado por empresas que carecen de toda representación, establece las agendas de las conferencias multilaterales en interés de los «amos del universo». Más de setenta jefes........

© El Salto


Get it on Google Play