Sigue siendo un martirio, un dolor de cabeza para el Estado la ofensiva de los grupos al margen de la ley, especialmente, en departamentos como Cauca, Valle del Cauca, Nariño y algunas otras regiones del país.

Pero si es un dolor de cabeza para el Estado, imaginemos el horror que significa para quienes a diario padecen esta situación en los distintos sectores de nuestra convulsionada nación. No solo es el campo, esa incertidumbre también se ha trasladado hasta los centros poblados, como en el caso de Ciudad Kennedy, en Bogotá, donde no pocos comerciantes se sienten acorralados por la delincuencia.

Ni qué decir de lo que ocurre en nuestra región, donde en el norte del departamento siguen siendo reiterativos los hechos de sangre y las masacres. Porque lo ocurrido en el corregimiento de San Pacho (San Francisco), en jurisdicción del municipio de Toro, no es nuevo.

Recordemos que en ese mismo caserío hace unos meses se registró otro homicidio múltiple, ni que decir que en esa población el año anterior en medio de la celebración de sus fiestas aniversarias, también se presentó otro hecho similar, así como también en municipios como La Unión, Ansermanuevo y el mismo Cartago.

A esta encrucijada se suma la presión que ejercen las disidencias de ‘Iván Mordisco’, que han cometido toda clase de acciones dejando víctimas fatales en diferentes zonas del suroccidente del país.

Sin embargo, las autoridades, especialmente en el Valle del Cauca, han venido adelantando una serie de operativos en municipios como Tuluá que han permitido capturar a decenas de personas. En Buga se espera que se actúe con contundencia, ante el elevado índice de homicidios con el que arrancó este año.
Seguramente, la próxima campaña política a la Presidencia de la República va a tener como gran ‘caballito de batalla’ esa problemática.

Lo más probable que quien le apunte a reducir ostensiblemente los índices de inseguridad que están azotando al país, pero especialmente a los centros poblados, podrá obtener el favor de los votantes. No obstante, este Gobierno, mientras tanto, debe actuar con más prontitud y llevar tranquilidad y sosiego, de la mano de las Fuerzas Armadas.