El pasado jueves 29, febrero agarró el sombrero y se despidió hasta 2028.

Confirmado: todo presidente primermundista nace con una guerrita inútil debajo del sobaco.

Para adelgazar, un petrista purasangre empezó a inyectarse insulina.

Había un reloj con principios de alzhéimer que daba la hora, pero nunca sabía cuál. En los años bisiestos, el tiempo vive 24 horas extras.

Con cierta prepotencia debo admitir que estoy amañado vivo. Ahora, ¿no estaré vivo toda la vida, eh? Tampoco es para tanto. No quiero perderme el más allá.

Nadie sabe para quién trabaja: el poste del alumbrado público es la rotativa donde dan la noticia sobre perros perdidos. (¿Y a ‘Para Elisa’, de Beethoven, no la utilizan para vender paletas?).

Practico la religión de la nostalgia, esa inútil pero amable memoria al revés que nos devuelve la película.

El espejo es un palimpsesto de los rostros que se han sicoanalizado frente a él.

Vivo al diario, como quien madruga a comprar el pan y la leche.

En casa consentimos a la intrusa lagartija, dinosaurio bonsái, que nos regala su monótono concierto. Musical forma de pagar arriendo.

La máquina Singer le puso banda musical a mi infancia.

Si todo sale como está previsto, mañana tampoco se acabará el mundo.

Por puro azar miré mi olvidada máquina Olivetti Lettera 22 y leí en sus labios: así paga el diablo a quien bien le sirve. (Perdón, Letterita, fue a mis espaldas).

Pertenezco a la generación del bolero: para acercármeles a las muchachas tenía que esperar que en el tocadiscos sonara una obviedad de Los Panchos.

Los grafiteros buscan paredes vírgenes que no opongan resistencia.

Hay gente tan arrogante que podría suicidarse arrojándose del penjaus de su importancia.

La lágrima es demasiado curadora, liberadora, como para dejárselas en exclusiva a nuestras “dulces enemigas”. Me pido la vicepresidencia de cualquier club que privilegie la lágrima como fenómeno de agitación de masas.

Policía: se nos acaba de meter un intruso en la casa: es la luna llena. Queremos que nos ayude a que se quede.

Informo a mis amigos y favorecedores que tengo lociones hasta el día del juicio por la tarde. Favor abstenerse de regalarme más pachulíes.

Las palabras nacen, crecen, se reproducen y no mueren: se van a vivir al diccionario.

ÓSCAR DOMÍNGUEZ GIRALDO

(Lea todas las columnas de Óscar Domínguez en EL TIEMPO, aquí)

QOSHE - Pirotecnias (2) - Óscar Dominguez
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Pirotecnias (2)

14 0
07.03.2024
El pasado jueves 29, febrero agarró el sombrero y se despidió hasta 2028.

Confirmado: todo presidente primermundista nace con una guerrita inútil debajo del sobaco.

Para adelgazar, un petrista purasangre empezó a inyectarse insulina.

Había un reloj con principios de alzhéimer que daba la hora, pero nunca sabía cuál. En los años bisiestos, el tiempo vive 24 horas extras.

Con cierta prepotencia debo admitir que estoy amañado vivo. Ahora, ¿no estaré vivo toda la vida, eh? Tampoco es para tanto. No quiero perderme el más allá.

Nadie sabe para quién trabaja: el poste del........

© El Tiempo


Get it on Google Play