Que los Char generan amores y odio se sabe. Sus defensores alaban su gestión y los cambios que han hecho por Barranquilla y la región Caribe, mientras que sus opositores los tildan casi de ser un cartel delincuencial. Nada nuevo bajo el sol, que de eso se trata cada vez más la política.

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Lo que me llama la atención es que no se señale a la familia por uno de sus productos estrella, Olímpica Estéreo, que con casi cuatro millones de oyentes es por paliza la emisora más popular del país. La gente la sintoniza para entretenerse, oír música, ganarse premios y, de manera inconsciente, para dejar de trabajar; no en vano, uno de sus eslóganes más conocidos es ‘Desde septiembre se siente que llega diciembre’.

Sin intenciones de venir a dar lecciones de eficiencia (que todos nos hemos tomado libre uno que otro día hábil) se trata de un descaro sin parangones. Solíamos usar parte de noviembre, todo diciembre y mitad de enero para celebrar el nacimiento del hijo de Dios, lo que ya era de por sí sobreactuado, y ahora simplemente hay quien se toma cinco meses, la mitad del año, para conmemorar un evento que toma un solo día. Eso nos deja apenas siete meses de productividad a toda, como si pudiéramos darnos ese lujo.

Si casi el diez por ciento de Colombia oye varias veces todos los días que las fiestas empiezan en el noveno mes del año, el mensaje termina calando.

Porque será cierto que todavía nadie decora desde septiembre, pero nos estamos acercando: desde octubre se empiezan a ver vitrinas de almacenes con motivos navideños y en una que otra casa se pone el arbolito no más pisar noviembre. Luego aparecen el granito de Águila Roja, la música fiestera decembrina, las novenas, los villancicos y todo se va al carajo hasta el otro año. Y no pasa nada, que cada uno celebra como se le antoja, el punto es la mella silenciosa que todo eso va haciendo en todos nosotros.

Se sabe que las últimas semanas de diciembre y las dos primeras de enero sobran en el calendario laboral, y los que no se las toman, sencillamente trabajan a media marcha, pero es que si casi el diez por ciento de Colombia oye varias veces todos los días que las fiestas empiezan en el noveno mes del año, el mensaje termina calando. Una de las cosas que pasa con las personas es que nos creemos inteligentes y con criterio, cuando en realidad somos fácilmente manipulables, y en eso los medios de comunicación tienen Ph. D., lo mismo que las empresas.

Y uno trata de no comerse el cuento, pero es que lo hacen tan bien, tan solapadamente, que es casi imposible no terminar tragándose el cuento. Con el afán de subir la facturación, muchas compañías participan en cuanta campaña ecológica, de inclusión, de caridad y, por supuesto, navideña que haya, haciéndonos creer sin mucho esfuerzo que se trata de un esfuerzo altruista y no de dinero.

Desde septiembre se siente que viene diciembre empezó como un estribillo, pasó a ser chiste y ya no nos lo podemos sacar de la cabeza, al punto de que domina algunas de nuestras acciones sin que lo notemos. Igual, el ser humano en general y los colombianos en particular no es que necesitemos muchas excusas para vagar si nos dan la oportunidad, que la gran mayoría de las personas no sabemos qué hacemos acá y trabajamos por inercia en empleos precarios y mal pagos.

Por eso nos agarramos de lo que sea para bajarle el ritmo al trabajo: festivos, partidos de fútbol, reinados, elecciones, cumpleaños y hasta simulacros de temblor. Ya desde el jueves de cualquier semana las cosas andan un poco más lentas porque el viernes se acerca, y con él, el fin de semana, mientras que Halloween ha pasado también de ser un día, uno solo, a toda una temporada: según la fecha en que caiga, hay gente que se disfraza y va a fiestas durante dos y tres fines de semana. Y el fervor que le pone a su disfraz, Dios santo. De tener para lo demás el mismo empeño que le metemos a perder el tiempo, ya hubiésemos conquistado, no la Luna, sino EGSY8p7, que es la galaxia más lejana que se conoce a la fecha.

ADOLFO ZABLEH DURÁN

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02.12.2023

Que los Char generan amores y odio se sabe. Sus defensores alaban su gestión y los cambios que han hecho por Barranquilla y la región Caribe, mientras que sus opositores los tildan casi de ser un cartel delincuencial. Nada nuevo bajo el sol, que de eso se trata cada vez más la política.

(También le puede interesar: Todo está jodido)

Lo que me llama la atención es que no se señale a la familia por uno de sus productos estrella, Olímpica Estéreo, que con casi cuatro millones de oyentes es por paliza la emisora más popular del país. La gente la sintoniza para entretenerse, oír música, ganarse premios y, de manera inconsciente, para dejar de trabajar; no en vano, uno de sus eslóganes más conocidos es ‘Desde septiembre se siente que llega diciembre’.

Sin intenciones de venir a dar lecciones de eficiencia (que todos nos hemos tomado libre uno que otro día hábil) se trata de un descaro sin parangones. Solíamos usar parte de noviembre, todo diciembre y mitad de enero para celebrar el nacimiento del hijo de........

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