Existe un lugar en el planeta casi inaccesible y lejano donde nadie pudiera vivir. Es la locación más alejada de tierra firme, sin masa a más de 1.600 kilómetros. El lugar más occidental de Chile, una isla de la Antártida, y un atolón deshabitado del Pacífico son sus vecinos más cercanos.

No hay variedad de animales pues las fuertes corrientes bloquean la llegada de aguas más ricas en nutrientes. Por su lejanía de cualquier ser humano es usado como basurero espacial. Allí debe de haber cientos de esqueletos de naves y restos de material satelital.

Le llaman punto Nemo en honor al científico y capitán del submarino Nautilus, de Julio Verne, y desde los años 90 ha estado en miles de medios de comunicación por su unicidad.

Es un lugar, distante, enigmático usado para disponer lo que no sabemos dónde ubicar. Las redes sociales han sido nuestro punto Nemo, nunca más distantes, inertes, incomprensibles y el lugar donde se bota la basura inútil.

El símil se completaría si también fueran de difícil acceso. Pero, lamentablemente, es el mayor defecto que tienen las redes sociales: cualquiera puede entrar e intervenir sin reglas y sin leyes, profetizando mentiras y generando estados de opinión sin sensatez.

De todas las debilidades y maleficios que traen, el fomento de la polarización (palabra del 2023 para la Real Academia de la Lengua, pero la palabra de toda nuestra última década colombiana) y la proliferación de mentiras son las de peores consecuencias.

Con X, especialmente, vivimos en una continua navaja de Ockham oxidada. Estamos expuestos a una pila de atajos mentales para explicar situaciones y fenómenos, descartando hipótesis más complejas pero reales. Hoy todo se simplifica culpando a la corrupción, a una conspiración y o a las instituciones.

La tecnología no es mala; solo debería ser irrelevante para formar carácter. El problema es que los malos usuarios de las redes sociales están interviniendo de forma negativa en lo que sí importa: en nuestras opiniones, gustos y aberraciones que son las que forman criterio.

Las redes sociales se están convirtiendo en nuestro indiferente favorito, como dirían los estoicos, que nos da momentos temporales de placer, pero no de felicidad y formación, haciéndonos dejar a un lado los hábitos, la virtud, para hacernos concentrar en lo que hay afuera.

Hoy somos el producto de las discusiones, noticias falsas y puntos de vista de otros. Hemos cedido nuestra forma de ser ante los datos que vienen de la red.

Nos encanta estar en ese punto Nemo. Hay cierto placer en mirar la vida de los demás y creernos dignos de sentir indignación constante, desde un lugar lejano, misterioso y repleto de basura. Lo único que nos queda es retomar variantes mejores a la navaja de Ockham, pensar siempre como Hitchens que aquello que se afirma sin evidencia se puede rechazar sin evidencia, o como Alder, que dice que si una discusión no se puede resolver por medio de experimentación, no merece ser debatido, y así tal vez poner en duda las teorías simplistas y simplificadas de las redes sociales e ir descartando los desechos que muchos arrojan a este punto Nemo que más parece un agujero negro que secuestra la sensatez.

ALEJANDRO RIVEROS GONZÁLEZ

(Lea todas las columnas de Alejandro Riveros en EL TIEMPO, aquí)

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El punto Nemo

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14.01.2024

Existe un lugar en el planeta casi inaccesible y lejano donde nadie pudiera vivir. Es la locación más alejada de tierra firme, sin masa a más de 1.600 kilómetros. El lugar más occidental de Chile, una isla de la Antártida, y un atolón deshabitado del Pacífico son sus vecinos más cercanos.

No hay variedad de animales pues las fuertes corrientes bloquean la llegada de aguas más ricas en nutrientes. Por su lejanía de cualquier ser humano es usado como basurero espacial. Allí debe de haber cientos de esqueletos de naves y restos de material satelital.

Le llaman punto Nemo en honor al científico y capitán del submarino Nautilus, de Julio Verne, y desde los años 90 ha estado en miles de medios de comunicación por su unicidad.

Es un lugar, distante, enigmático usado para disponer lo que no sabemos dónde ubicar.........

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