Luego de asistir a una misa en la capilla de la Unal que ofrecía la Dra. Mancera, madre en pena por el asesinato de su hijo en las afueras de la universidad para robarle celular y bicicleta, me fui a dar una vuelta por el campus, para ver sus muros y refrescar mi memoria. El Presidente días antes acababa de inaugurar el hermoso edificio de la Facultad de Arte y había salido al Auditorio a conversar con estudiantes.

En mis recorridos por calles y muros, que tantas veces he hecho, como estudiante o docente, alisté la mirada para testimoniar cuáles de estos dos hechos –el asesinato del joven estudiante o la visita del Presidente del cambio, que tanto proclama mi universidad– eran registrados. Del asesinato no vi nada a pesar de ser un gran líder de geología. De la visita presidencial sí me pregunté sobre la desolación que pueden vivir varios jóvenes que le apostaron al cambio, expresada en un grafiti ‘Unidos por el cambio hasta sus últimas consecuencias’; si el cambio ya fue elegido y no se produce, antes bien las esperanzas se desvanecen, ¿a qué se puede aspirar?

Pensé que puede haber dos niveles de cambio: el macro, representado en varios sectores de la Unal, que incluye hasta acciones revolucionarios, pero que ya no se puede pedir como deseo, pues el cambio está en el poder. Pero puede ser que nos quede lo íntimo y que lo macro se paute desde las subjetividades, y esto sí que lo vi. Uno decía ‘Mi mamá me Kafka’ para aludir al célebre escritor checo de las absurdidades de la vida ligado con madre, símbolo del hogar; u otro: ‘Tú y yo más la acción social’, donde el amor entra a jugar en las cartas del destino público.

Recordé que al terminar el año pasado Banksy subió un video con su famosa niña elevando un globo rojo y detrás englobados unos papás con bebé en sus brazos; cuando cobran altura miran para abajo y ven desgarrados un carro estrellado y pegado un cadáver ensangrentado en medio de un caos bélico… más un aviso: ‘Por Palestina’. Se conjuga la belleza con la denuncia y la política, se usa el grafiti para sensibilizar al mundo. De la misma familia el ‘Beso de los invisibles’, colectivo vértigo, mural bogotano, que nace de una foto periodística, elevada arte púbico. La Unal con su historia de rebeldía, ¿no requiere también un cambio de paradigma en su expresión grafiti? ¿Quizá menos ideología de consignas ritualistas vacías y, al contrario, más creatividad y conexión con la sociedad?

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