La palabra ‘bellista’ fue aceptada por la Real Academia Española en 1956: “Estudioso de la obra de Andrés Bello [1781-1865]y de las cosas que le pertenecen”. Hubo bellistas siempre.

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Pero el bellista por excelencia de nuestra generación es Iván Jaksic, autor de una biografía magnífica del “padre intelectual” de Latinoamérica, su estudioso más prolífico, su difusor en el mundo de habla inglesa y, ahora, encargado de reeditar sus Obras completas –trabajo descomunal, cuyos tres primeros volúmenes aparecieron este año en una tarea colectiva que incluye instituciones como la Universidad Adolfo Ibáñez y la Biblioteca Nacional de Chile–.

“Bello sigue siendo una figura familiar y a la vez desconocida”, advierte Jaksic en su introducción general.

“Poeta, jurista, filósofo, filólogo, educador”, se lee en la inscripción bajo su busto de bronce al lado una de las puertas del viejo edificio de St. Antony’s College, en Oxford. “Patriota venezolano” que “vivió aquí en 1810”, dice la placa frontal de la casa en Grafton Way en Londres, ciudad donde Bello permaneció desde aquel año hasta 1829.

Los estudios sobre Bello han recibido notables impulsos que motivan esta nueva empresa de las Obras completas, proyectada en 30 volúmenes, y disponibles en formato digital.

Entre su vasta producción, tres títulos se destacan: Principios de derecho internacional (1832), Código Civil (1855), y Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los americanos (1847) –este último, el volumen de más reciente aparición en las Obras completas–. Todos de significado histórico y continua relevancia: en los esfuerzos por reconocer espacios justos e igualitarios para todas las naciones en el orden mundial, en las tareas por consolidar el imperio de la ley, y en la necesidad de difundir las letras para construir ciudadanía.

Que Chile sea hoy el país que lidere el “bellismo” no debe sorprender. Fue el país que lo acogió tras su largo exilio en Londres y donde vivió hasta su muerte en 1865.

Por supuesto que la producción intelectual de Bello se inició mucho antes de haberse instalado en Santiago. Había sido redactor principal de la Gazeta de Caracas hasta su viaje a Londres. En Inglaterra, con el colombiano Juan García del Río promovieron las revistas Biblioteca Americana y Repertorio Americano –en una de “las colaboraciones intelectuales más importantes de la independencia”–. Fue en Londres donde escribió sus más famosos poemas: Alocución a la poesía y Silva a la agricultura de la zona tórrida.

Fue en Chile, sin embargo, donde transcurrieron sus años de mayor productividad. Había llegado como invitado del gobierno liberal de Francisco Antonio Pinto (Simón Bolívar, de quien se había distanciado, intentó tardíamente no dejar “perder a ese ilustre amigo en la país de la anarquía”).

No obstante, llegó allí “en un momento crítico de la formación institucional del país,” como observó Jaksic en su biografía. Pronto Bello se encontró colaborando con el “orden portaliano”, que le dio un vuelco a la historia política chilena. Fue encargado de redactar el proyecto de la Constitución de 1833, colaboraba en los mensajes presidenciales y en las tareas legislativas del Congreso y escribía para El Araucano. En 1842 fue nombrado como el primer rector de la Universidad de Chile, cuyo discurso inaugural trazó horizontes a la historiografía chilena.

Fue en Chile donde se publicaron por primera vez sus Obras completas, entre 1881 y 1893. Una nueva edición se hizo en Caracas, desde 1951 hasta 1981, seguida de otra facsimilar que terminó de producirse en 1984.

Desde entonces, los estudios sobre Bello han recibido notables impulsos que motivan esta nueva empresa de las Obras completas, proyectada en 30 volúmenes, y disponibles en formato digital. Debemos a Iván Jaksic la vitalidad del “bellismo universal”.

EDUARDO POSADA CARBÓ

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‘Bellismo universal’

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01.12.2023

La palabra ‘bellista’ fue aceptada por la Real Academia Española en 1956: “Estudioso de la obra de Andrés Bello [1781-1865]y de las cosas que le pertenecen”. Hubo bellistas siempre.

(También le puede interesar: El médico de las monedas)

Pero el bellista por excelencia de nuestra generación es Iván Jaksic, autor de una biografía magnífica del “padre intelectual” de Latinoamérica, su estudioso más prolífico, su difusor en el mundo de habla inglesa y, ahora, encargado de reeditar sus Obras completas –trabajo descomunal, cuyos tres primeros volúmenes aparecieron este año en una tarea colectiva que incluye instituciones como la Universidad Adolfo Ibáñez y la Biblioteca Nacional de Chile–.

“Bello sigue siendo una figura familiar y a la vez desconocida”, advierte Jaksic en su introducción general.

“Poeta, jurista, filósofo, filólogo, educador”, se lee en la inscripción bajo su busto de bronce al lado una de las puertas del viejo edificio de St. Antony’s College, en........

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