Los rumores llegaron a sus oídos el 15 de julio de 1923. Muy pronto se regaron “como petróleo sobre el fuego”.

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Las noticias sobre la crisis del Banco López desataron un “retiro masivo de depósitos” que amenazaba con desplomar el sistema bancario colombiano. Era miércoles, dos días antes de la celebración del Día de la Independencia (viernes). El presidente Pedro Nel Ospina declaró que el jueves y el sábado serían festivos.

Las calles de Bogotá se llenaron de carteles con la medida sobre las festividades, anunciando además que el lunes 22 de julio el “Banco de la República iniciaría operaciones”.

Estos detalles sobre los inicios del Banco, que este año cumple su centenario, se encuentran en un memorando escrito por Edwin Kemmerer (1875-1945) –parte del libro de documentos recogidos por Alejandro López Mejía, Adolfo Meisel Roca y Francisco Ruiz, que la conmemoración invita a repasar (Kemmerer y el Banco de la República, 1994)–.

La apertura del Banco en medio de aquella crisis no fue un acto simplemente improvisado.

Es justo reconocer la importante contribución del “médico de las monedas” en el establecimiento del Banco de la República.

Kemmerer había llegado al país cuatro meses antes, al frente de una misión de expertos estadounidenses, en desarrollo de la ley de 1922 que “autorizaba al Gobierno para crear un banco de emisión, giro, depósito y descuento”. El 4 de julio de 1923 el Congreso había aprobado la ley orgánica del Banco de la República. Se esperaba que la nueva entidad abriría sus “puertas al público en enero de 1924”.

La crisis desatada por los problemas del Banco López exigía una respuesta inmediata. Kemmerer sugirió al Gobierno una medida de urgencia: adelantar la apertura del Banco. “El pánico comenzó a ceder tan pronto se supo que el Banco de la República abriría sus puertas”, escribió Kemmerer en su memorando: “Para el lunes en la mañana, cuando inició actividades, la crisis había sido completamente superada”.

No era gratuito que a Kemmerer lo llamaran “el médico de las monedas”. Antes de llegar a Colombia había sido asesor financiero en Filipinas, México y Guatemala. Tras el establecimiento del Banco de la República en Colombia, ayudó también a fundar las bancas centrales de Chile, Ecuador y Bolivia, y a reformar la del Perú.

Con aquella medida de urgencia sugerida por Kemmerer, el Gobierno logró “solucionar el problema” causado por la crisis del Banco López. Y ese protagonismo anticipado del Banco de la República le confirió a la nueva entidad “una enorme legitimidad desde su inauguración”, como lo examinara Adolfo Meisel Roca en un capítulo de otro libro que es también oportuno repasar (El Banco de la República: antecedentes, evolución estructura, 1990).

Meisel Roca examina el trabajo y los resultados de la Misión Kemmerer en un marco de largo plazo. Su tarea fue abonada “por los parlamentarios colombianos, quienes venían debatiendo, desde comienzos de los años diez, la necesidad de crear un banco de emisión”.

La precocidad del establecimiento de un banco central en Colombia (el segundo en Latinoamérica), en las circunstancias de la época, es en sí un interrogante de interés.

La forma como el establecimiento del Banco fue recibido y discutido en la prensa de la época y en las regiones más allá de Bogotá sirve también para ilustrar aspectos importantes del sistema político del país: “La prensa colombiana”, escribió Francisco Ruiz, “analiza, critica, discute e informa y, producto de este complejo proceso democrático, contribuye a que el Banco de la República se aproxime a las realidades disímiles de la economía nacional”.

Es justo reconocer la importante contribución del “médico de las monedas” en el establecimiento del Banco de la República, cuya historia centenaria ofrece grandes lecciones.

EDUARDO POSADA CARBÓ

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El médico de las monedas

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24.11.2023

Los rumores llegaron a sus oídos el 15 de julio de 1923. Muy pronto se regaron “como petróleo sobre el fuego”.

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Las noticias sobre la crisis del Banco López desataron un “retiro masivo de depósitos” que amenazaba con desplomar el sistema bancario colombiano. Era miércoles, dos días antes de la celebración del Día de la Independencia (viernes). El presidente Pedro Nel Ospina declaró que el jueves y el sábado serían festivos.

Las calles de Bogotá se llenaron de carteles con la medida sobre las festividades, anunciando además que el lunes 22 de julio el “Banco de la República iniciaría operaciones”.

Estos detalles sobre los inicios del Banco, que este año cumple su centenario, se encuentran en un memorando escrito por Edwin Kemmerer (1875-1945) –parte del libro de documentos recogidos por Alejandro López Mejía, Adolfo Meisel Roca y Francisco Ruiz, que la conmemoración invita a repasar (Kemmerer y el Banco de la........

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