Su irrupción, se nos dice, ha infectado el “discurso público como cáncer social”.

(También le puede interesar: Retóricas de paz)

En español, los mensajes de Twitter, la plataforma digital establecida en 2006 (hoy X), se llaman también “trinos”. Originalmente limitados a 140 caracteres, los trinos pronto adquirieron asombrosa popularidad como medio de comunicación política.

El fenómeno ha sido tan abrumador que aún no asimilamos del todo su profundo impacto, en particular sus consecuencias para las democracias. Según Brian L. Ott, autor de la cita que abre esta columna, dicha forma de comunicación en política “destruye el diálogo y la deliberación, fomenta la farsa y el fanatismo, y contribuye a la insensibilidad y el desprecio”.

Entre los líderes mundiales, quizás el más notable, prolífico, y exitoso productor de trinos sea Donald Trump, expresidente de Estados Unidos, hoy candidato sin contrincantes en el Partido Republicano para regresar a la Casa Blanca.

Según Ott, profesor en la Universidad Texas Tech, la transformación que estamos viviendo de la “Era de la Televisión” a la “Era de Twitter” vino acompañada de características perniciosas y amenazantes para la convivencia social (Donald J. Trump and the Politics of Debasement, Critical Studies in Media Communication, 34:1, 2017).

El artículo de Ott se publicó después de la elección de Trump en 2016. Fue en aquel momento resultado de sus observaciones sobre la campaña electoral que llevó a Trump al poder. Mucho ha cambiado desde entonces en los ritmos extremadamente acelerados de la revolución tecnológica que nos mantiene en constante suspenso. Pero las reflexiones del profesor Ott siguen siendo bastante oportunas.

En las condiciones que operaba el medio en 2016, Ott destacaba tres características para definir los mensajes de Twitter: simpleza, impulsividad, incivilidad.

Por su misma naturaleza, los trinos pueden ser “ingeniosos” pero no “complejos”. Su simpleza, “mina nuestra capacidad para discutir” y para “pensar” como lo exigen los intrincados problemas que enfrenta la humanidad. Los trinos no demandarían “mayores esfuerzos”, motivando así su producción impulsiva.

Más preocupante aún, en parte por estas características, este medio en política socavaría “las normas sociales que sostienen la civilidad y predisponen a sus usuarios a participar en comunicaciones divisorias y desdeñosas”. Predominaría entonces un espíritu agresivo. En un juicio más benigno, Ott considera que a los usuarios más frecuentes del medio les motiva una “necesidad desesperada para llamar la atención”.

Podría distinguirse entre las características del medio y sus mensajeros. Algunos estudiosos del fenómeno, por ejemplo, distinguen el cuidado de los trinos de Barack Obama, que apuntaban a la complejidad, con la espontaneidad de los de Trump y sus simplezas. Pero Ott centra su análisis de Trump para mostrar la lógica del medio: Trump sería así casi que un producto inevitable de la era digital. Como el mismo Trump se ufanaba en 2012: “Gracias, muchos dicen que soy el mejor escritor de 140 caracteres en el mundo”.

Muchos otros analistas coinciden con Ott. Trump es tal vez el líder político cuya utilización de trinos ha sido más estudiada. Paromita Pain y Gina Masullo Chen, de las universidades de Nevada y Texas, respectivamente, examinaron más de 30.000 trinos de Trump. Sus resultados, tras analizar los temas más recurrentes en sus trinos, confirman las premisas de Ott. Según Pain y Chen, predomina un mensaje populista, contrario a la civilidad y la deliberación.

Quizás en el futuro tendremos mensajeros capaces de hacer mejor uso del medio. Por el momento, parecemos sometidos a la tiranía del trino.

QOSHE - Tiranía del trino - Eduardo Posada Carbó
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Tiranía del trino

5 1
09.03.2024
Su irrupción, se nos dice, ha infectado el “discurso público como cáncer social”.

(También le puede interesar: Retóricas de paz)

En español, los mensajes de Twitter, la plataforma digital establecida en 2006 (hoy X), se llaman también “trinos”. Originalmente limitados a 140 caracteres, los trinos pronto adquirieron asombrosa popularidad como medio de comunicación política.

El fenómeno ha sido tan abrumador que aún no asimilamos del todo su profundo impacto, en particular sus consecuencias para las democracias. Según Brian L. Ott, autor de la cita que abre esta columna, dicha forma de comunicación en política “destruye el diálogo y la deliberación, fomenta la farsa y el fanatismo, y contribuye a la insensibilidad y el desprecio”.

Entre los líderes mundiales, quizás el más notable, prolífico, y exitoso productor de trinos sea Donald Trump, expresidente de Estados Unidos, hoy candidato sin........

© El Tiempo


Get it on Google Play