Qué pesar. El gobierno que decía ser el de los “nadies” se transformó en el de los “cualquiera”. Cualquiera puede ser director del Invima, cualquiera puede ser director de la Unidad de Gestión de Riesgo; cualquiera, director del ICBF, o cualquiera, director de la EPS con más afiliados del país. El problema de los “cualquiera” es que son los “nadies” –los excluidos, los ignorados– los principales y primeros perjudicados frente a este tipo de nombramientos.

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La improvisación castiga los resultados que pudieran tenerse en favor de los más pobres. La falta de idoneidad retrasa los planes, genera fallas en el servicio del Estado, aleja de la realidad la provisión de soluciones para quienes nada han tenido y nada tienen, ahora, un año y cinco meses después.

Y no. No es que existan unas élites académicas que impiden el acceso a los cargos directivos del Estado a ciertas personas; es que si queremos ayudar con eficiencia a lograr cambios sociales y transformaciones que beneficien a los olvidados, se necesita que los verdaderamente expertos lleguen a la Rama Ejecutiva, no a aprender por el camino sino a aplicar con prontitud los saberes que pueden poner en marcha los planes más ambiciosos de ciertos despachos que necesitan de unos estándares que no pueden ser negociables.

La sociedad del conocimiento de la que habla el primer mandatario, con la que sueña el líder de izquierda, no es precisamente la que está gobernando.

Se aplica igual si el gobierno de turno es de derecha o de izquierda. El conocimiento es universal y la necesidad de este es vital en ciertas responsabilidades que no pueden dejarse en manos de cualquiera.

La periodista de Noticias RCN Angie Alquichides publicó un informe hace unos días en el que daba cuenta de algunos de los cambios en los manuales de funciones en ciertas entidades más especializadas, todo para bajarles la vara a quienes quieren acceder a esas responsabilidades. En el Ministerio de Minas, por ejemplo, además de modificar el manual para ser ministro, se hicieron cambios en las manuales de 13 funcionarios del despacho del titular de la cartera, 11 del despacho del viceministro de Energía, 5 del viceministro de Minas y 2 del nivel directivo.

El 15 de enero pasado, el Gobierno decidió que cualquier profesional podrá ser director del Invima, una entidad cuyas decisiones son tan sensibles que pueden detener o alentar la entrada de medicamentos que salvan vidas, ni más ni menos. ¿Le van a meter a eso filosofía o, peor aún, ideología? Ahora solo se necesita tener estudios de posgrado en cualquier cosa, sin reparar en la especialidad que semejante responsabilidad debería tener.

Algo similar pasó en la Nueva EPS, en la que el requisito de tener maestría se reemplazó por el de tener especialización, o en la dirección de la junta de contadores, donde era necesario ser contador con tarjeta profesional, especializado y con 48 meses de experiencia, y ahora solo es requisito tener un título profesional y se elimina el mínimo de experiencia.

Por supuesto, nadie le está pidiendo al presidente Gustavo Petro que gobierne con los enemigos. Ganó en franca lid y puede nombrar a sus aliados en los cargos más importantes. ¿Pero no tendrá el progresismo colombiano personas idóneas y preparadas para cada responsabilidad?

La sociedad del conocimiento de la que habla el primer mandatario, con la que sueña el líder de izquierda, no es precisamente la que está gobernando. La demora en la escogencia de personas para cargos clave y, luego, la selección de gente impreparada no les hacen bien ni a su proyecto ni mucho menos al país.

Cualquier cosa puede pasar cuando se reemplaza a los técnicos por los “cualquiera” y se gobierna pidiendo credenciales ideológicas más que académicas, pero sobre todo –y en esto vuelvo al principio– los “cualquiera” son los principales enemigos de los “nadies” en la construcción de salidas reales a la pobreza y el desarrollo social. ¿A quién le interesa que nada funcione? ¿A quién le sirve tanta ineptitud?

JOSÉ MANUEL ACEVEDO

(Lea todas las columnas de José Manuel Acevedo en EL TIEMPO, aquí)

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Los ‘cualquiera’

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30.01.2024

Qué pesar. El gobierno que decía ser el de los “nadies” se transformó en el de los “cualquiera”. Cualquiera puede ser director del Invima, cualquiera puede ser director de la Unidad de Gestión de Riesgo; cualquiera, director del ICBF, o cualquiera, director de la EPS con más afiliados del país. El problema de los “cualquiera” es que son los “nadies” –los excluidos, los ignorados– los principales y primeros perjudicados frente a este tipo de nombramientos.

(También le puede interesar: País de homenajes)

La improvisación castiga los resultados que pudieran tenerse en favor de los más pobres. La falta de idoneidad retrasa los planes, genera fallas en el servicio del Estado, aleja de la realidad la provisión de soluciones para quienes nada han tenido y nada tienen, ahora, un año y cinco meses después.

Y no. No es que existan unas élites académicas que impiden el acceso a los cargos directivos del Estado a ciertas personas; es que si queremos ayudar con eficiencia a lograr cambios sociales y........

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