Señor: tú eres la luz, tú eres el aire, tú eres el viento. Eres el árbol que nos brinda sombra en el camino, la lámpara que se enciende en la oscuridad, el agua que nos calma la sed, la imagen que siembra esperanzas en la choza del campesino. Esta noche, Padre Divino, reconociendo tu poder, invocamos tu nombre para agradecerte por todas las cosas buenas que nos diste durante el año que termina. Para ofrecerte los propósitos que acompañarán nuestra existencia durante el año que se inicia. Para elevarte esta oración de amor por haber estado a nuestro lado, llenándonos con tu palabra, cubriéndonos con el manto sagrado de tu cuerpo, ofreciéndonos tu mano para librarnos de las tempestades, brindándonos compañía cuando la soledad llenaba nuestras vidas.

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Te agradecemos, Señor, la salud que nos permitió llegar hasta esta noche de júbilo, el amor de los seres queridos que durante estos 365 días estuvieron a nuestro lado, el cariño de los amigos que compartieron con nosotros sus esperanzas, la alegría de los hijos que durante estos doce meses llenaron con su sonrisa abierta el pequeño universo de nuestros hogares. Te agradecemos, Señor, el sol que nos ofreció sus rayos para garantizarnos calor, el agua que llenó los surcos para que produjera nuestros alimentos, el aire que nos dio oxígeno para continuar caminando por la vida, la luz que iluminó nuestro camino en momentos de oscuridad. Y, sobre todo, te agradecemos por cubrirnos con tu sangre bendita cuando los peligros tocaron a nuestra puerta.

Con esta oración, elevada con fervor este día en que muere un año y nace otro, queremos expresarte la gratitud que como hijos te debemos por permitirnos vivir, por brindarnos tu fuerza cuando nuestros cuerpos reclamaban energía para continuar el viaje, por cubrirnos con tu mirada cuando transitábamos por senderos difíciles, por derramar sobre nuestras existencias bendiciones que hicieron posible sortear con éxito nuestras dificultades, por darnos resignación para velar nuestros muertos con cirios encendidos como expresión de dolor. Al ofrendarte esta oración por el buen suceso del año que se inicia, lo hacemos convencidos de que estarás ahí con nosotros, en todo momento, para orientarnos con tu sabiduría por el camino correcto.

Al ofrendarte esta oración por el buen suceso del año que se inicia, lo hacemos convencidos de que estarás ahí con nosotros, en todo momento, para orientarnos con tu sabiduría por el camino correcto.

¡Oh! Divino Maestro: estamos reunidos en familia esta noche para decirte, a una sola voz, cuánto te amamos. Todos los aquí presentes tenemos deudas pendientes contigo. Te debemos la vida, los sueños, las alegrías. Te debemos la salud que nos ha acompañado durante estos 365 días que hoy terminan, los sueños que con tu ayuda se nos hicieron realidad, la esperanza que nos ayuda a construir un futuro mejor. Tú lo puedes todo, Señor. Así como transformaste el agua en vino en las Bodas de Caná, puedes hacer que la ausencia de un ser querido no nos duela como una espina incrustada en el alma. Ayúdanos a construir una familia que se identifique con los principios cristianos, que enarbole como bandera la oración diaria, que sienta como propio el dolor ajeno.

Queremos durante el año que se inicia seguir tu ejemplo, Señor: compartir el pan, como tú lo compartiste con los apóstoles durante la Última Cena; perdonar a los que nos ofenden como tú lo hiciste al predicar desde un desierto el evangelio; amar a nuestros semejantes como tú nos lo enseñaste con los débiles que escucharon tu doctrina. Solo te pedimos salud, bienestar y amor. Queremos que tu nombre esté siempre, como presencia divina, en nuestros corazones. Que ahuyentes de nuestras vidas las tragedias, los dolores, las enfermedades. Que nos ayudes a crecer como seres humanos llenos de virtudes. Danos fortaleza para soportar las penas, templanza para sortear los momentos difíciles, humildad para entender a nuestros semejantes.

Señor: escúchanos en esta hora en que alegres despedimos un año y esperanzados recibimos el que llega. Irradia en nosotros la luz que nos permita vivir en armonía. Derrama también bendiciones para que iniciemos el año en completa paz. Recurrimos a ti convencidos de que con tu ayuda alcanzaremos las metas que nos hemos fijado para el nuevo año. Te pedimos por la paz de nuestro martirizado país. Que cese la violencia, la intolerancia y la amenaza de los fusiles. Llena, Señor, de amor nuestros corazones, para que sean expresión de bondad. Lo necesitamos para transitar por este mundo repartiendo sonrisas, no miradas de odio; regalando palabras de amor, no ofensas hirientes; atizando fuegos, no encendiendo llamas.

JOSÉ MIGUEL ALZATE

(Lea todas las columnas de José Miguel Alzate en EL TIEMPO, aquí)

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Oración para el año nuevo

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28.12.2023

Señor: tú eres la luz, tú eres el aire, tú eres el viento. Eres el árbol que nos brinda sombra en el camino, la lámpara que se enciende en la oscuridad, el agua que nos calma la sed, la imagen que siembra esperanzas en la choza del campesino. Esta noche, Padre Divino, reconociendo tu poder, invocamos tu nombre para agradecerte por todas las cosas buenas que nos diste durante el año que termina. Para ofrecerte los propósitos que acompañarán nuestra existencia durante el año que se inicia. Para elevarte esta oración de amor por haber estado a nuestro lado, llenándonos con tu palabra, cubriéndonos con el manto sagrado de tu cuerpo, ofreciéndonos tu mano para librarnos de las tempestades, brindándonos compañía cuando la soledad llenaba nuestras vidas.

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Te agradecemos, Señor, la salud que nos permitió llegar hasta esta noche de júbilo, el amor de los seres queridos que durante estos 365 días estuvieron a nuestro lado, el cariño de los amigos que compartieron con nosotros sus esperanzas, la alegría de los hijos que durante estos doce meses llenaron con su sonrisa abierta el pequeño universo de nuestros........

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