Hoy se estrena en Colombia la nueva película sobre Napoleón Bonaparte protagonizada por Joaquin Phoenix, quien el martes pasado estuvo presentándola en Madrid en una función especial en el Museo del Prado. Alguien dijo, no sin razón, que es como si se hiciera un largometraje sobre Hitler –otro más– y se estrenara en Auschwitz, un símil quizás desproporcionado, pero no para quienes aún repudian la invasión francesa de España en 1807.

(También le puede interesar: Circo máximo)

Ese episodio, de hecho, será uno de los que más me interesen cuando vaya a ver la película, que por el avance que salió hace unos meses promete mucha acción y efectos deslumbrantes, escenas impecables como sacadas de los cuadros de Jacques Louis David. Quiero ver las guerras italianas, la coronación en Notre Dame, la batalla de Austerlitz, la invasión de España, la entrada a Rusia y, por supuesto, la víspera de Waterloo y el naufragio del imperio.

Aunque muchos académicos y expertos han señalado ya que la película, por lo que se ve, por lo que se intuye, es tan espectacular como carente de rigor histórico, a lo cual respondió su director, Ridley Scott, con una frase arrogante y sin matices: “Que se jodan, que se callen, que consigan una vida...”. Se trata también de una estrategia comercial, sin duda, no solo para atenuar los errores de la producción sino para que mucha más gente vaya a los teatros.

Pretender que uno desprecia a los historiadores mientras al mismo tiempo hace un relato convencional y enciclopédico no tiene ningún sentido.

Es una discusión imposible y eterna, como se sabe, la del enfrentamiento entre la verdad histórica y la que nos cuenta y se inventa la ficción. En ese sentido, la frase de Ridley Scott parece más que justa, pues él lo que quiere, según ha dicho hasta el cansancio, es contar de manera épica la leyenda de Bonaparte, explicar su tiempo y su grandeza. Para eso, insiste, no necesita de los historiadores ni de los expertos sino de un buen libreto.

Quizás eso sea cierto, puede ser. Ya muchos le han respondido, casi todos de manera airada y solemne, con el argumento obvio y trascendental, a veces hasta risible, de que la historia y el rigor sí son importantes, como si ese fuera el problema. Pero resulta que no lo es, y es allí donde Ridley Scott se equivoca “de medio a medio”, como solía decir Azorín, del cual se está cumpliendo por estos días no sé qué aniversario, razón de más para leerlo.

Porque lo que quiere hacer Ridley Scott, así diga lo contrario, sí es contar los hechos de la historia, narrarlos “tal como fueron”. No he visto la película pero en los cortos queda muy claro que es una sucesión de escenas –insisto, parecen pinturas– en las que está la biografía de Napoleón. Si esa es la idea, el rigor histórico y la verdad, y no solo la verosimilitud, deberían ser uno de los atributos de una producción así, más con semejante presupuesto.

Otra cosa es servirse de la historia para crear una ficción; eso sí es muy distinto, por lo general más difícil pero también más satisfactorio desde el punto de vista estético. Y ahí la libertad es ilimitada, una especie de abismo en el que todo se hunde o todo se salva. Como lo están haciendo los guionistas de The Crown en la última temporada, con un desparpajo y una maestría de Shakespeare, algo que corta la respiración.

En el caso de Napoleón, como él mismo le dijo a Les Cases en Santa Elena, su vida fue una novela y ese es el único género desde el que se puede contar bien ya sea con la ayuda de la ficción o no. Pero pretender que uno desprecia a los historiadores mientras al mismo tiempo hace un relato convencional y enciclopédico no tiene ningún sentido, porque entonces el desdén ya no es licencia creativa sino solo la justificación de errores que no la tienen.

Hoy se estrena Napoleón y ya la quiero ver. Si hay muchos errores, al menos que valgan la pena. Como en esa vida que todavía hoy nos fascina.

JUAN ESTEBAN CONSTAÍNwww.juanestebanconstain.com

(Lea todas las columnas de Juan Esteban Constaín en EL TIEMPO, aquí)

QOSHE - Napoleón en harapos - Juan Esteban Constaín
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Napoleón en harapos

4 6
23.11.2023

Hoy se estrena en Colombia la nueva película sobre Napoleón Bonaparte protagonizada por Joaquin Phoenix, quien el martes pasado estuvo presentándola en Madrid en una función especial en el Museo del Prado. Alguien dijo, no sin razón, que es como si se hiciera un largometraje sobre Hitler –otro más– y se estrenara en Auschwitz, un símil quizás desproporcionado, pero no para quienes aún repudian la invasión francesa de España en 1807.

(También le puede interesar: Circo máximo)

Ese episodio, de hecho, será uno de los que más me interesen cuando vaya a ver la película, que por el avance que salió hace unos meses promete mucha acción y efectos deslumbrantes, escenas impecables como sacadas de los cuadros de Jacques Louis David. Quiero ver las guerras italianas, la coronación en Notre Dame, la batalla de Austerlitz, la invasión de España, la entrada a Rusia y, por supuesto, la víspera de Waterloo y el naufragio del imperio.

Aunque muchos académicos y expertos han señalado ya que la película,........

© El Tiempo


Get it on Google Play