Lo que no calcularon es que la ola de la indignación nacional por la pérdida de los Juegos Panamericanos llegaría tan alto en los apacibles días del comienzo de año.

Tampoco calcularon la inmensidad de las limitaciones de la señora ministra del Deporte para articular alguna explicación, cualquiera que ella hubiera sido.

Y me imagino que tampoco calcularon que la socorrida técnica de echarles la culpa a Duque y a Uribe de todos los males que nos ocurren, en esta oportunidad no surtiría efecto pues después de casi un año y medio en el poder, ningún incumplimiento de un pago aguanta un implacable retrovisor acusador.

* * *

Además de la gravedad que representa la pérdida de esta sede para los colombianos y los barranquilleros, para el Gobierno Nacional ha tenido un costo adicional pues ha dejado en evidencia la desarticulación y la falta de coordinación en su interior. Gobernar no es arengar. Gobernar no es solo echar discursos, agitar masas, endilgar culpas, prometer y prometer… gobernar es hacer.

Este episodio ha dejado en evidencia el gobierno del ‘songo le dio a borondongo, y el del borondongo le dio a Bernabé’, todos desconectados, lavándose manos, acusando a los demás ante una inocultable y aplastante realidad: no fueron capaces de hacer un pago. Así de sencillo. No pudieron pagar, teniendo la plata. Les quedó grande.

* * *

Y creo que además de todo lo anterior, en el profundo ADN del Gobierno vive un resentimiento intenso, un reproche constante y un desagrado evidente contra los Char, contra lo que ellos representan y contra los charistas, que en la última elección llegaron a 4 de cada 5 votantes barranquilleros. Parece que la indolencia del Gobierno reflejara el desgano de apoyar una iniciativa promovida por el charismo.

Discrepar de los Char es válido en democracia. Oponerse a los Char es legítimo en elecciones. Lo que no es válido ni legítimo es incumplir los compromisos de Colombia, ni faltar a la palabra empeñada, ni trasladarles a los barranquilleros del común los costos de las camorras políticas.

En medio de la tempestad precipitada por sus propios funcionarios, el señor Presidente ha pedido a sus colaboradores que procuren rescatar los Juegos. Y se anuncia por allá en febrero una asamblea multilateral con la concurrencia de decenas de países donde se estudiará el asunto.

Me hago pocas ilusiones, pero la esperanza es lo último que se pierde.

Y el 2024 que tenemos por delante...

Desafiante, lleno de incertidumbres y retos. Con un panorama económico de desaceleración muy inquietante. Con una inversión privada paralizada por desconfianza y una inversión pública atascada por ineficiencia. Con unas sensibles reformas en trámite en un Congreso dividido. Con un problema de seguridad escalofriante y dramático a lo largo y ancho de la geografía nacional. Con una nueva camada de buenos alcaldes y gobernadores sometidos a los favoritismos del poder central. Con un gobierno desarticulado, unos partidos políticos tradicionales desarticulados y una oposición desarticulada.

No obstante, esta fantástica Colombia nuestra ha demostrado una y otra vez que su pueblo, que su gente es superior a sus desafíos, a sus problemas y a la gran mayoría de sus políticos. (Ya veremos qué pasa con las reformas en el Senado).

Y es que la cosa va mucho más allá del Gobierno. Los colombianos no vamos a regalar ni a entregar nuestro país. Vamos a luchar por él, lo vamos a defender, lo vamos a restaurar, lo vamos a sacar adelante. Vamos a darla toda en este complejo 2024 y vamos a demostrar que ni las adversidades políticas, ni el accionar de los criminales ni los daños causados por los malos funcionarios nos podrán doblegar. Tengo fe en que así será y en nuestra capacidad colectiva de sentar las bases en este 2024 para recuperar en democracia, en el 2026, el país que tanto amamos.

JUAN LOZANO

(Lea todas las columnas de Juan Lozano en EL TIEMPO aquí)

QOSHE - Radiografía de un despelote - Juan Lozano
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Radiografía de un despelote

6 0
08.01.2024

Lo que no calcularon es que la ola de la indignación nacional por la pérdida de los Juegos Panamericanos llegaría tan alto en los apacibles días del comienzo de año.

Tampoco calcularon la inmensidad de las limitaciones de la señora ministra del Deporte para articular alguna explicación, cualquiera que ella hubiera sido.

Y me imagino que tampoco calcularon que la socorrida técnica de echarles la culpa a Duque y a Uribe de todos los males que nos ocurren, en esta oportunidad no surtiría efecto pues después de casi un año y medio en el poder, ningún incumplimiento de un pago aguanta un implacable retrovisor acusador.

* * *

Además de la gravedad que representa la pérdida de esta sede para los colombianos y los barranquilleros, para el Gobierno Nacional ha tenido un costo adicional pues ha dejado en evidencia la desarticulación y la falta de coordinación en su interior. Gobernar no es arengar. Gobernar no es solo echar discursos, agitar masas, endilgar culpas,........

© El Tiempo


Get it on Google Play