Por lo general, aprendemos primero a vivir en el mundo de afuera que en el mundo de adentro. Sin embargo, poco a poco la vida misma se va encargando de mostrarnos caminos que nos invitan a explorar nuestro mundo interior. Hoy comparto cinco enseñanzas que se han entrelazado en mi camino.

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El mundo es de los valientes. Los valientes son aquellos que, a pesar de las dificultades, nunca se rinden. Se enfocan más en lo que anhelan que en lo que temen. Tienen el coraje y la determinación para tomar riesgos y desacomodarse para perseguir los sueños que no pueden dejar ir. Tienen la fortaleza mental para reconocer sus límites y vulnerabilidades, y saben que pedir ayuda no es una señal de debilidad, sino todo lo contrario: es renunciar a rendirse. No permiten que el miedo les quite la libertad, porque saben que lo importante es cómo uno afronta las situaciones: si las trata de resolver o se esconde de ellas.

El poder de la gratitud. Cuando uno vive la vida desde la mirada del agradecimiento, le cambia la perspectiva de todo: siempre se le termina viendo el lado bueno a lo malo que le ocurre, lo que hace que el vaso inmediatamente se vea medio lleno. La gratitud está acompañada de dos palabras fundamentales: saciedad y asombro. Y se distancia de otras dos: ambición y expectativa. Estas últimas suelen hacer todo más difícil, porque llevan a que uno siempre quiera y espere algo más y que nada sea suficiente. La satisfacción llega cuando aprendemos a valorar lo que somos y tenemos en lugar de desear constantemente más; es decir, cuando “se quiere lo que se tiene y no cuando se tiene lo que se quiere”.

Dimensionar es clave para relativizar los miedos y las preocupaciones. Al poner en perspectiva nuestros problemas comprendemos su verdadera magnitud, que suele ser menor de lo que creíamos inicialmente. Para ver las cosas en perspectiva necesitamos los dos ojos. Mirar las situaciones desde diferentes ángulos nos ayuda a tener una visión más amplia de las realidades. En ocasiones, observar hacia arriba nos puede ayudar a dimensionar el punto que somos en medio de la inmensidad del universo.

Evitar compararse. Cuando uno se compara siempre va a encontrar alguien más inteligente, atractivo o exitoso. La envidia nace de la comparación con el otro y la comparación es el camino seguro hacia la desdicha. Es más fácil valorar lo que somos cuando utilizamos el corazón para sentir lo que ocurre en el mundo de adentro, en lugar de los ojos para ver lo que ocurre en el mundo de afuera. Las necesidades de reconocimiento y validación que tenemos los seres humanos muchas veces hacen que, incluso sin darnos cuenta, perdamos autonomía y renunciemos a nosotros mismos por “complacer” a otros. En el fondo, lo que prevalece es el miedo a cómo nos juzgan los demás.

Hay que hacer los duelos bien hechos. Dejar abiertas las heridas que la vida misma se encarga de generarnos es el camino pavimentado para estancarnos en el pasado. Cuando las cosas se decantan, es fundamental resignificar lo vivido y darle su lugar a lo ocurrido. Aunque nos sintamos rotos por dentro, y pese al apego y la negación, la vida continúa, por lo que es importante recordarnos a nosotros mismos que tenemos más opciones, y que las circunstancias actuales no determinan nuestro destino. Como decía Borges, “el futuro no es lo que va a pasar, sino lo que vamos a hacer”.

En fin,la vida es lo que hacemos con ella, así que es vital encontrarle sentido a lo que emprendemos. Hay diferentes caminos. Lo importante es que encontremos el nuestro, lo transitemos siendo la mejor versión de nosotros mismos y disfrutemos el recorrido. En el atardecer de la vida, lo que va a importar es en qué tipo de persona uno se convierte.

QOSHE - El mundo de adentro - Juliana Mejía
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El mundo de adentro

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04.04.2024
Por lo general, aprendemos primero a vivir en el mundo de afuera que en el mundo de adentro. Sin embargo, poco a poco la vida misma se va encargando de mostrarnos caminos que nos invitan a explorar nuestro mundo interior. Hoy comparto cinco enseñanzas que se han entrelazado en mi camino.

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El mundo es de los valientes. Los valientes son aquellos que, a pesar de las dificultades, nunca se rinden. Se enfocan más en lo que anhelan que en lo que temen. Tienen el coraje y la determinación para tomar riesgos y desacomodarse para perseguir los sueños que no pueden dejar ir. Tienen la fortaleza mental para reconocer sus límites y vulnerabilidades, y saben que pedir ayuda no es una señal de debilidad, sino todo lo contrario: es renunciar a rendirse. No permiten que el miedo les quite la libertad, porque saben que lo importante es cómo uno afronta las........

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