Ante el fracaso de la reforma de la salud, el Gobierno abandonó la democracia y abrazó la dictadura. Empezó una reforma antidemocrática a través de la intervención de dos EPS, pero al país le quedó claro que todo obedeció a una venganza porque Sanitas no se le arrodilló en la discusión técnica y ahora la inversión extranjera es mala y los congresistas que votaron en contra, corruptos.

Como muy bien lo expresó el pensador Henry Mencken, la demagogia consiste en decir mentiras a personas que se cree que son idiotas, pero los colombianos no lo somos. Veamos algunas falsedades del Gobierno en el debate: 1) Miente sobre las cifras, recurriendo a un dato descontextualizado de “muertes evitables” para atacar la gestión de las EPS. El portal ‘La Silla Vacía’ muestra que la información es inexacta: “Las tasas de mortalidad evitable relacionadas con el sistema de salud han bajado. Y, según @pahowho, a Colombia le va mejor que a la región. Entre 2000 y 2019 se redujo un 46,1 por ciento este indicador, mientras la región un 22,3 por ciento”.

2) El Presidente, en su cuenta de X, atribuye a su gestión la construcción de un hospital en Montería, que ni contrató ni ejecutó, y con eso pretende engañar a la comunidad sobre la bondad de un sistema que solo se fundamenta en la estatización y en la ineficiencia, tal cual pasó en la Alcaldía de Bogotá, donde Petro fue el responsable del descalabro más grande de Capital Salud. La EPS quedó desfinanciada en más de 600.000 millones de pesos.

Y como el Presidente añora a Chávez, tal vez ignore que la revista ‘The Lancet’ publicó un artículo titulado ‘El colapso del sistema de salud venezolano’, donde los más perjudicados fueron los más pobres, al aumentarse la destrucción del sistema de salud, el retorno de enfermedades controladas, como malaria y difteria, y la desaparición de las cifras oficiales de los indicadores de salud para esconder el fracaso de la revolución o el “cambio” que llaman en Colombia.

La estatalización del sistema, al igual que en Venezuela, revivirá las épocas de corrupción y falta de cobertura que se presentaron durante la gestión del fallido Instituto de Seguros Sociales. Al igual que en Venezuela, esta reforma ataca a los más pobres, según las cifras del Dane, el indicador de barreras de acceso, en 1997 el 12,9 por ciento de los hogares tuvieron barreras de acceso, en 2021 el 2 por ciento, y de acuerdo con el Banco Mundial el gasto de bolsillo en salud en Colombia está entre los más bajos para un conjunto amplio de países comparables. Esos logros son los que quiere destruir la reforma.

Otro riesgo será la precarización de los empleados del sistema de salud. Como lo señaló la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas, se encuentran muy preocupados porque empezarán los despidos masivos y al igual que en Venezuela veremos cómo se reemplazarán médicos por mediocres recomendados por políticos, llegarán bachilleres en vez de profesionales, tal como pasó en el DPS.

Los colombianos no podemos creer en la mentira de la estatización del sistema de salud que este gobierno quiere llevar a cabo, sea en el Congreso o por debajo de la mesa, a través de la intervención de las EPS. El mismo Gobierno confesó que iban a generar una crisis para que el sistema se destruyera y lo están logrando, lo cual solo generará pobreza y muerte.

Esta reforma solo quiere tener una fuente de recursos ilimitados para asegurar las elecciones del 2026 y financiar una constituyente que de la mano de la corrupción y el fortalecimiento de grupos ilegales aseguren un nefasto gobierno por décadas al igual que en Venezuela.

Tenemos un megalómano en el poder que destruyó la salud, la seguridad, los avances en el proceso de paz, la infraestructura, el sector de petróleo, aumentando el hambre en el país. Quiere destruir porque se cree dios, pero para Colombia será imposible una nueva creación en siete días y las consecuencias de este mal gobierno la viviremos por décadas.

LUIS FELIPE HENAO

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La venezolanización del sistema de salud colombiano

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08.04.2024
Ante el fracaso de la reforma de la salud, el Gobierno abandonó la democracia y abrazó la dictadura. Empezó una reforma antidemocrática a través de la intervención de dos EPS, pero al país le quedó claro que todo obedeció a una venganza porque Sanitas no se le arrodilló en la discusión técnica y ahora la inversión extranjera es mala y los congresistas que votaron en contra, corruptos.

Como muy bien lo expresó el pensador Henry Mencken, la demagogia consiste en decir mentiras a personas que se cree que son idiotas, pero los colombianos no lo somos. Veamos algunas falsedades del Gobierno en el debate: 1) Miente sobre las cifras, recurriendo a un dato descontextualizado de “muertes evitables” para atacar la gestión de las EPS. El portal ‘La Silla Vacía’ muestra que la información es inexacta: “Las tasas de mortalidad evitable relacionadas con el sistema de salud han bajado. Y, según @pahowho, a Colombia le va mejor que a la región. Entre 2000 y 2019 se redujo un 46,1 por ciento este indicador,........

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