Lo que para el resto de los países puede ser una cita más, para nosotros es una oportunidad. Las llamadas COP, de cambio climático o biodiversidad, son cada vez más importantes, no por el nivel de decisiones que allí se toman, que es precario y no responde a la magnitud de la crisis, sino por lo que representan para los ciudadanos, especialmente en las ciudades y los países donde se llevan a cabo.

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El mundo, hoy, es muy distinto del que vivimos hace apenas diez años, cinco inclusive. Lo que los científicos han convenido en llamar la policrisis (pérdida de biodiversidad, contaminación, cambio climático) avanza mucho más rápido de lo que ellos mismos previeron. La ralentización de la corriente marina Amoc y los récords de altas temperaturas son solo dos ejemplos. Cali estará en el epicentro de la discusión sobre biodiversidad desde el 21 de octubre. Y esa puesta en agenda de un tema crucial puede ayudarnos a entender mejor lo que está en juego: la vida.

Ojalá las universidades y los medios de comunicación emprendieran conjuntamente el desafío de contribuir a enseñar lo que esto entraña, más allá de la COP. Qué significa la amenaza y que significa la inacción frente a ella. La semana pasada se publicó la nueva Lista roja de especies amenazadas en Colombia. Hay 800 más de las que había en 2017. La biodiversidad se refiere más a la vida no humana, pero la policrisis amenaza la vida en su conjunto, es decir, pone en riesgo la continuidad de la cultura.

Procesos lentos, por supuesto, algunos tardarán centurias, pero otros décadas, por eso lo que hay que preguntarse es por qué se ha puesto en marcha esta máquina de la destrucción. Por qué quienes comandan la máquina son seres humanos de este siglo, marcado también por los más asombrosos avances tecnológicos. La pregunta por la vida es la gran oportunidad de la COP de Cali; los vallunos podrán preguntarse sobre el sentido de su pertenencia al Chocó biogeográfico, pero todos en Colombia miraremos al bosque amazónico, y quizá descubriremos otras realidades territoriales que ignorábamos y que hoy están en peligro.

Otrosí: la vida en Colombia también está amenazada por la violencia. El colectivo Defendamos la Paz evidenció, en conmovedor homenaje, que han sido asesinados 413 firmantes del acuerdo de paz y 1.615 líderes sociales. Es un acierto el eslogan escogido para la COP: ‘Paz con la naturaleza’.

MANUEL GUZMÁN HENNESSEY@GuzmanHennessey

(Lea todas las columnas de Manuel Guzmán Hennessey en EL TIEMPO, aquí)

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La COP de Cali

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23.02.2024

Lo que para el resto de los países puede ser una cita más, para nosotros es una oportunidad. Las llamadas COP, de cambio climático o biodiversidad, son cada vez más importantes, no por el nivel de decisiones que allí se toman, que es precario y no responde a la magnitud de la crisis, sino por lo que representan para los ciudadanos, especialmente en las ciudades y los países donde se llevan a cabo.

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El mundo, hoy, es muy distinto del que vivimos hace apenas diez años, cinco inclusive. Lo que los científicos han convenido en llamar la policrisis (pérdida de biodiversidad,........

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