No, no es un acuerdo histórico, es un juego de lenguaje. Que consiste en la habilidad diplomática de decir sí cuando en realidad es no. El sultán de la COP28 dijo, hace unos días, que no había evidencia científica que indicara que los combustibles fósiles producían calentamiento de la atmósfera, pero al firmar el “histórico” dijo que respetaba a la ciencia. Tenía una agenda secreta para exportar petróleo aprovechándose de su papel, pero explicó que eran encuentros privados. Le creyeron. Faltó poco para que saliera en hombros. Aprendió la diplomacia de la hipocresía y fue aplaudido. Es el gran ganador ¡qué paradoja! Tardaron para escribir la frase triunfal: “... (hacer) la transición para abandonar los combustibles fósiles... de manera justa, ordenada y equitativa”. Buscaron las palabras que expresando un sí escondieran el no.


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El documento no dice eliminación ni gradualidad, que eran los criterios sobre los cuales se podían establecer metas de países; los apologistas del nuevo paladín dicen que se han sentado las bases para el fin de la era de los fósiles. Dijo: “Somos lo que hacemos, no lo que decimos”. ¡Hágame el favor! Las bases las sentó la ciencia hace 20 años, el mismo tiempo que llevan fracasando estas COP. Las emisiones hoy son un 60 % más altas que las de 1992, cuando empezó todo esto. El umbral de 1,5 °C está muy cerca. Nada hay que celebrar; ni la limosna de pérdidas y daños ni la hipocresía de los subsidios.

Se supone que estos espacios son para conseguir acuerdos entre países basados en acciones concretas, no para que nos digan lo que ya sabemos. Mary Robinson, expresidenta de Irlanda, dijo que la transparencia, la equidad y la justicia climática se vieron socavadas por un lenguaje engañoso, soluciones falsas y juegos. Estoy convencido de que la esperanza está en otra parte: la acción coordinada de la ciudadanía global. Iniciativas privadas, asambleas por el clima, movimientos de científicos y de jóvenes.

Pongo un ejemplo: ciudadanos de Holanda obligaron al gobierno a presentar una hoja de ruta precisa sobre la eliminación de los combustibles fósiles. Las COP no se pueden acabar, pero el sistema de consensos que conduce a textos ambiguos que pueden ser interpretados según la conveniencia de quien lea debe superarse. He suscrito una carta de académicos y científicos dirigida a los premios Nobel pidiéndoles que convoquen una movilización pública masiva.

MANUEL GUZMÁN HENNESSEY@Guzmanhennessey

(Lea todas las columnas de Manuel Guzmán Hennessey en EL TIEMPO, aquí)

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Sí, pero no

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15.12.2023

No, no es un acuerdo histórico, es un juego de lenguaje. Que consiste en la habilidad diplomática de decir sí cuando en realidad es no. El sultán de la COP28 dijo, hace unos días, que no había evidencia científica que indicara que los combustibles fósiles producían calentamiento de la atmósfera, pero al firmar el “histórico” dijo que respetaba a la ciencia. Tenía una agenda secreta para exportar petróleo aprovechándose de su papel, pero explicó que eran encuentros privados. Le creyeron. Faltó poco para que saliera en hombros. Aprendió la diplomacia de la hipocresía y fue aplaudido. Es el gran ganador ¡qué paradoja! Tardaron para escribir la frase........

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