Como si las contundentes cifras en negativo de las encuestas lo hubieran puesto a pensar, el presidente Gustavo Petro hizo esta semana esfuerzos por cambiar de actitud. No hablo de las que contrata la Presidencia de la República, donde al mandatario le va sospechosamente mejor, sino de aquellas que encargan los medios, en las que el índice de aprobación a su gestión está en 26 %, su nivel más bajo.
Tras meses de agresivos ataques a la empresa privada en los que maltrató a banqueros, concesionarios de obras, industriales, comerciantes, medios de comunicación y empresas de salud y de servicios públicos, el martes recibió en la Casa de Huéspedes de Cartagena a un selecto grupo de líderes del sector privado.
Con la notable ausencia de los empresarios paisas y de la familia Gilinski, dueña de ‘Semana’, y la muy desafortunada exclusión de dirigentes gremiales como Bruce Mac Master, de la Andi, la cita con los cacaos –organizada por Laura Sarabia, directora del DPS, y por el consejero presidencial Juan Hernández– buscaba impulsar el acuerdo nacional, del que Petro tanto ha hablado sin aterrizar su alcance.
Nada concreto salió del encuentro, en el que lo más comentado fue una juiciosa exposición del constructor y banquero Luis Carlos Sarmiento Angulo, propietario de EL TIEMPO, sobre las posibilidades de desarrollo del Chocó, como lo relató Daniel Coronell en La W. En todo caso, fue evidente un cambio de tono en el lenguaje presidencial.
Tras la cumbre, un comunicado de la Casa de Nariño destacó que “el camino propuesto por el Gobierno es el de la productividad para avanzar en las transformaciones sociales que aborden necesidades históricas en favor de las comunidades más vulnerables y, al mismo tiempo, creen riqueza y fomenten el crecimiento económico”.
El comunicado usó dos veces el concepto de creación de riqueza y remató con una frase del Presidente: “Las empresas se hacen más grandes cuando la sociedad se hace más grande”. Que Petro hable de mejorar la productividad, crear riqueza, fomentar el desarrollo económico y hacer más grandes a las empresas es toda una novedad: ojalá sea la antesala de un cese del fuego verbal contra el sector privado.
El cese del fuego con las bandas armadas, que en vez de crear empleo y riqueza los destruyen a sangre y fuego, lo violan a diario esos grupos, lo que explica que el Presidente haya decidido, por fin, sacar al comisionado de Paz Danilo Rueda. Qué bueno entonces que, frente a la legalidad de la empresa privada, Petro cese sus disparos verbales.
De hecho, el buen tono se extendió horas después al discurso presidencial en el congreso de la infraestructura, cuando prometió reglas claras y respeto a estas, después de un año de congelamiento de los peajes, algo que desalienta la inversión en concesiones viales.
Tras la caída de 0,3 % del PIB en el tercer trimestre, con un derrumbe de la inversión privada del 11 %, el país está al borde de la recesión y necesita ese cambio de tono. Pero el cese del fuego contra los empresarios debe ir más allá de la suspensión de frases hostiles.
Más que la filosa lengua presidencial, que enrarece el clima inversionista, a las empresas las mata el dramático deterioro de la inseguridad, y la incompetencia de decenas de funcionarios por causa de la cual nada que arrancan los planes de vivienda social ni los de infraestructura. Todo ello mientras las EPS sufren lo que bien parece un programa de sabotaje intencional desde el Gobierno.
Ojalá dure este nuevo tono y que no lo rompa el Presidente a punta de trinos la próxima vez que el insomnio lo lleve a coger el celular de madrugada. Y ojalá que venga acompañado de una mejor actitud y de una gestión mucho más eficaz por parte de tanto funcionario, incluso de nivel ministerial, frente a la empresa privada, que –bueno es recordarlo– no la representan solo los grandes cacaos.
MAURICIO VARGAS
mvargaslina@hotmail.com
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Cese del fuego contra las empresas
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26.11.2023
Como si las contundentes cifras en negativo de las encuestas lo hubieran puesto a pensar, el presidente Gustavo Petro hizo esta semana esfuerzos por cambiar de actitud. No hablo de las que contrata la Presidencia de la República, donde al mandatario le va sospechosamente mejor, sino de aquellas que encargan los medios, en las que el índice de aprobación a su gestión está en 26 %, su nivel más bajo.
Tras meses de agresivos ataques a la empresa privada en los que maltrató a banqueros, concesionarios de obras, industriales, comerciantes, medios de comunicación y empresas de salud y de servicios públicos, el martes recibió en la Casa de Huéspedes de Cartagena a un selecto grupo de líderes del sector privado.
Con la notable ausencia de los empresarios paisas y de la familia Gilinski, dueña de ‘Semana’, y la muy desafortunada exclusión de dirigentes gremiales como Bruce Mac Master, de la Andi, la cita con los cacaos –organizada por Laura Sarabia, directora del DPS, y por el consejero........
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