En el momento de escribir esta columna, cuando la semana toca a su fin, ni el presidente Gustavo Petro ni su canciller, Álvaro Leyva –a quien la Procuraduría suspendió del cargo por tres meses por sus oscuras maniobras en la licitación de pasaportes–, han dicho ni mu sobre la inhabilitación –seis días antes– con la que el régimen de Nicolás Maduro pretende sacar del juego de las presidenciales de este año a la dirigente opositora María Corina Machado, quien barre al dictador en todas las encuestas.
Los más recientes sondeos indican que los votos por Machado serían hasta siete veces más que los de Maduro. Según la encuestadora Meganálisis, la líder opositora obtendría el 70,6 % de las papeletas, contra 8,2 % del actual mandatario. Es tan grande el rechazo al mandatario que a la pregunta ‘¿Usted votaría por Nicolás Maduro y el chavismo en una elección presidencial?’, el 81,9 % respondió de manera negativa.
Eso explica la confirmación por parte de la Corte Suprema (de bolsillo del sátrapa) de una sanción de la Contraloría (también de bolsillo del tirano) contra Machado, que le impide inscribirse como candidata. La burda maniobra confirma que Maduro y sus secuaces no tienen el menor interés en garantizar unas elecciones libres en las que el chavismo perdería por goleada.
La decisión contra Machado deja en evidencia al gobierno de Joe Biden, que le creyó a Maduro sus promesas de apertura política y lo premió, de manera anticipada, con el levantamiento de la mayoría de las sanciones económicas y la liberación del agente de la corrupción chavista, el oscuro Álex Saab.
Ahora Washington amenaza con volver a las sanciones, pero, como ya despachó a Saab a Venezuela, perdió el principal as que tenía en la manga. Se trata del hombre que conoce los grandes secretos de los negociados de la cúpula chavista, incluido el oprobioso saqueo de la riqueza petrolera, hoy muy venida a menos después de tanto robo y de tanta incompetencia.
En cuanto al Gobierno de Noruega, mediador y garante de los acuerdos firmados el año pasado en Barbados entre el régimen y la oposición, ha quedado en ridículo. A quienes –lo mismo en Washington que en Oslo– creyeron con candidez en la palabra de Maduro, hay que recordarles que de buenas intenciones está pavimentado el camino al infierno. Pero al menos Biden y Noruega pueden decir que se equivocaron de buena fe.
Otra cosa es el silencio cómplice que, seis días después del fallo de la Corte, mantiene el tándem Petro-Leyva. Decenas de gobiernos en el mundo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Human Rights Watch, la OEA, entre muchos, han condenado la cobarde jugada de Maduro y sus magistrados-marioneta. Hasta el presidente chileno, Gabriel Boric, el amigote de Petro, se atrevió a censurar la inhabilitación, por medio de un comunicado de su cancillería.
La mudez compartida por Presidente y Canciller solo puede leerse como una señal de aprobación a Maduro y a su despótica camarilla, que los hace cómplices de la opresión, del tremendo empobrecimiento de la población y de la corrupción reinante en la nación hermana. La historia de Venezuela, pero también la de Colombia, habrá de juzgarlos por ello.
* * * *
El mejor. En medio del despelote generalizado que reina en el Gobierno, donde ya nadie oculta las divisiones, los sacudones ministeriales son frecuentes y algunos ministros osan exigirle al Presidente –como hicieron esta semana– que los respete, Petro terminó por sacar al jefe de Planeación Nacional, Jorge Iván González. Se trata de un hombre estudioso, serio y competente, una ‘rara avis’ en este gabinete. Se va por la misma puerta de atrás por la que salieron José Antonio Ocampo, Alejandro Gaviria y Cecilia López. Alguien tiene que decirle a Petro que los ajustes de gabinete son para sacar a los más flojos y confirmar a los mejores; no al revés.
MAURICIO VARGAS
mvargaslina@hotmail.com
Instagram: @mvargaslinares
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El silencio de los culpables
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04.02.2024
En el momento de escribir esta columna, cuando la semana toca a su fin, ni el presidente Gustavo Petro ni su canciller, Álvaro Leyva –a quien la Procuraduría suspendió del cargo por tres meses por sus oscuras maniobras en la licitación de pasaportes–, han dicho ni mu sobre la inhabilitación –seis días antes– con la que el régimen de Nicolás Maduro pretende sacar del juego de las presidenciales de este año a la dirigente opositora María Corina Machado, quien barre al dictador en todas las encuestas.
Los más recientes sondeos indican que los votos por Machado serían hasta siete veces más que los de Maduro. Según la encuestadora Meganálisis, la líder opositora obtendría el 70,6 % de las papeletas, contra 8,2 % del actual mandatario. Es tan grande el rechazo al mandatario que a la pregunta ‘¿Usted votaría por Nicolás Maduro y el chavismo en una elección presidencial?’, el 81,9 % respondió de manera negativa.
Eso explica la confirmación por parte de la Corte Suprema (de bolsillo........
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