“Petro es incapaz de hacer algo bien”, me dijo un amigo, ante la pérdida de la sede de los Juegos Panamericanos de 2027, que celebrarían Barranquilla y otras ciudades del Caribe. “En este caso –le respondí– lamento decepcionarte, pues el Gobierno fue muy eficaz y consiguió lo que buscaba: que a la ciudad y la región les quitaran el evento”.
Al Presidente nunca le gustó la idea. Según contó María Isabel Urrutia –destituida del Mindeporte en marzo, y procesada por corrupción–, Petro le había dicho, a propósito del costo de los Juegos: “Eso es mucha plata”. Ella estuvo de acuerdo. Su remplazo, Astrid Rodríguez, tampoco le puso voluntad al tema: la primera vez que reunió al comité organizador, creado en 2022, fue en noviembre pasado, ¡15 meses después de la posesión de Petro!
Y luego, remató la faena al no pagarle a Panam Sports US$ 4 millones antes del 31 de diciembre, tal y como se había comprometido. Convencido de la falta de seriedad del Gobierno colombiano, el chileno Neven Ilic, presidente de Panam Sports, les quitó la sede a Barranquilla y al Caribe.
Echarles culpas al expresidente Iván Duque o al exalcalde Jaime Pumarejo, como pretenden algunos oportunistas que quieren quedar bien con Petro, desafía la evidencia. Duque y Pumarejo consiguieron la sede, firmaron los acuerdos con Panam Sports y presupuestaron los recursos, que eran muy inferiores a los de otros eventos similares, porque la ciudad tenía casi todos los escenarios desde que acogió los Centroamericanos.
Preocupado por el desdén del Mindeporte, Pumarejo hizo media docena de advertencias, a las que se unió la voz del muy activo senador liberal del Atlántico Mauricio Gómez. En un debate en el Congreso, Gómez le rogó a la ministra Rodríguez que cumpliera. El viernes quedó claro que los recursos estaban en la cuenta del Ministerio, y que a la ministra no le dio la gana girarlos.
Petro no quería los Juegos. Y los quiso menos cuando Álex Char, a quien considera un enemigo político, ganó la alcaldía de Barranquilla. El Presidente se vengó así de la ciudad, como se quiere vengar de Bogotá al negarle su gobierno el permiso ambiental para ampliar la Autonorte, como se quiere vengar de Medellín y Antioquia al frenar su red de autopistas.
Excluyó de las cumbres de gobernadores y alcaldes a una docena de ganadores no petristas de las elecciones de octubre: un mandatario vengativo que desprecia las ciudades y regiones donde su partido salió derrotado. Los populistas odian al pueblo cuando el pueblo no hace lo que ellos quieren.
Tiene razón el presidente del Senado, Iván Name, al decir que este tipo de centralismo es causa de “atraso, pobreza y guerra”. Para él, lo que Petro y su ministra hicieron es “una nueva afrenta contra nuestras regiones (...). El Gobierno nunca contempló la idea con simpatía”.
El senador David Luna, de Cambio Radical, anunció una moción de censura contra la ministra. Ojalá lo apoyen otras fuerzas. Dice el alcalde Char que Petro está moviendo cielo y tierra para salvar la sede. Si eso es verdad, debe de ser porque se dio cuenta del tiro que se disparó en el pie. Quién sabe si lo logre: el daño está hecho.
Barranquilla y el país pierden mucho. La inversión era de US$ 400 millones, pero los beneficios valían el doble. Más de US$ 900 millones le entraron a Chile por los Panamericanos del año pasado. ¡Eso sí es mucha plata, Presidente! Los gremios de Barranquilla calculaban la generación de 20.000 empleos y la llegada de 70.000 turistas. Todo se esfumó.
La dos veces medallista de oro olímpico de BMX, Mariana Pajón, lo resumió con agudeza: “Perdemos visibilidad internacional, perdemos ingresos para sectores turísticos y economías locales, perdemos en adecuación y construcción de escenarios deportivos para nuevas generaciones, perdemos credibilidad internacional (...). Perdemos todos”. Gracias, Presidente.
MAURICIO VARGAS
mvargaslina@hotmail.com
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Petro, el vengativo
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07.01.2024
“Petro es incapaz de hacer algo bien”, me dijo un amigo, ante la pérdida de la sede de los Juegos Panamericanos de 2027, que celebrarían Barranquilla y otras ciudades del Caribe. “En este caso –le respondí– lamento decepcionarte, pues el Gobierno fue muy eficaz y consiguió lo que buscaba: que a la ciudad y la región les quitaran el evento”.
Al Presidente nunca le gustó la idea. Según contó María Isabel Urrutia –destituida del Mindeporte en marzo, y procesada por corrupción–, Petro le había dicho, a propósito del costo de los Juegos: “Eso es mucha plata”. Ella estuvo de acuerdo. Su remplazo, Astrid Rodríguez, tampoco le puso voluntad al tema: la primera vez que reunió al comité organizador, creado en 2022, fue en noviembre pasado, ¡15 meses después de la posesión de Petro!
Y luego, remató la faena al no pagarle a Panam Sports US$ 4 millones antes del 31 de diciembre, tal y como se había comprometido. Convencido de la falta de seriedad del Gobierno colombiano, el........
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