Eso se discutió a fondo en Bogotá en el palacio presidencial. ¿Qué plato se les serviría a los invitados cachacos que estarán a la mesa en Cartagena? Una pifia sería grave. Hasta Roy Barreras, Francia Márquez y Benedetti opinaron del menú para los “cachacos cacaos”.

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Ganó la posta cartagenera, carne condimentada, y los invitados Luis Carlos Sarmiento, Alejandro Santo Domingo, Carvajal, Caicedo, Cavelier compartieron con el Presidente y su Verónica esposa vestida con túnica azul de Ibiza. Almorzaron despacio los Ardila, Gaviria, Caicedo, Sarmiento, Pacheco, Eder & cía.

Un almuerzo para antilicoreros, no sirvieron ni una copa de vino blanco helado. Buenas buenas, todo formal. De final: muchos elogios para Verónica, la primera dama, y un “gracias, Presidente, por invitarnos”.

Buenas buenas: el presidente Petro mejoró en cumplimiento, llegó puntual, sin bluyines, usó guayabera y mocasines made in Zipaquirá. Pero lo han criticado en la izquierda, un petrista radical opinó: “Petro almorzando con diez blanquitos-riquitos millonarios, luego en el Palacio con Álvaro Uribe, y a los ‘verdes’ ni a tinto nos invitan”. Punto.

Vuelvo a la peluquería señorera. Una economista lanzó un “fuera Petro”, pocas la apoyaron, en cambio gustó mi “fuera Claudia López que no ha rescatado de los indígenas el parque Nacional de Bogotá”. Urgente, el alcalde Galán debe exigirle a la alcaldesa que se lo devuelva limpio, cueste lo que cueste, a pagarles a los invasores su regreso al Cauca y una prima para beber yogurt o chicha en el camino.

¿Alcalde Galán, qué planea hacer con ese parque Nacional y el esperpento del Corredor Verde que hoy doña Claudia busca resucitar? Pilas, alcalde Galán, la alcaldesa lo está ninguneando antes de irse. Exíjale cumplimientos. Y colorín colorado...

Y hubo 87 carcajadas burlonas comentando que a miles de empleados del Gobierno les giraron dos veces el sueldo. Esa chambonada es olímpica. A un costeño lo llamaron para que devolviera el sueldo sobrante, y les respondió: “Manda huevo que me llames pa’ que les devuelva el billete. Entérate, me lo gasté bebiendo ron y bailando champeta”.

Esa pifia de los sueldos girados dos veces asustó a miles y pregunté: ¿qué le pasaría al país si esa chambonada la repiten siete veces? La ruina total, llamaríamos a los estadistas africanos, hoy amigos de Francia Márquez, o a los guerreros Mau-Mau para que vengan a manejar nuestras riqueza naturales, La Guajira y el Chocó.

PONCHO RENTERÍA

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