Tras los gravísimos y muy peligrosos hechos ocurridos al final de la semana anterior a las puertas del Palacio de Justicia en Bogotá con el fin de presionar a la Corte Suprema para elegir fiscal general de la Nación y las increíbles “aclaraciones” del presidente Petro, ya desmentidas por los presidentes de esa corporación y de la Corte Constitucional, yo creo que, sin consideraciones partidistas, jurídicas ni de ninguna índole, un altísimo porcentaje de la población colombiana desearía preguntar cómo se está manejando realmente el Ministerio de Relaciones Exteriores y, en consecuencia obvia, cómo está la imagen de Colombia en el exterior.

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Preguntar por ejemplo: cómo es que el Canciller en funciones, olímpicamente desoye durante 14 días decisiones disciplinarias emanadas de la Procuraduría General ordenándole salir de su despacho por 3 meses, dada la comisión de faltas, probadas y hasta probables, en el desempeño de su cargo; por qué razón siguen desconociéndose los derechos del personal de carrera diplomática y consular para nombramiento y ascenso, favoreciendo, eso sí, a recomendados y amigos carentes de requisitos indispensables para esos efectos; o ¿es cierto que el país tendrá indecibles beneficios ante nuevas sedes diplomáticas con elevada carga burocrática e improbable soporte presupuestal en países situados al otro lado del planeta?

Y algo francamente vergonzoso: ¿Por qué volver a ocupar, tras 25 años vacante, la oficina de Colombia en la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) con sede en Roma y designar como embajador al señor Armando Benedetti, triste figura de sonados escándalos siendo embajador en Venezuela, apodado por el Canciller Leyva con un epíteto que acabo de olvidar por respeto a los lectores y ajeno a la propia naturaleza de esa entidad, según calificados voceros del sector agropecuario?

Pero como el solo cuestionario exigiría un imposible sinnúmero de columnas, en esta explico lo que creo y ojalá me equivoque: que sobre el campo diplomático, en cabeza de Petro, el pueblo colombiano bien puede estar intrigado en saber por qué el Presidente de Colombia vive casando pelea en su país con todo lo que se mueva; de dónde saca que se está fraguando golpe duro o blando para retirarlo del poder; o por qué no le merma un poco a la viajadera al exterior y más bien cumple con su país, hoy sumido en enormes profundidades de todo orden. Ojalá.

VÍCTOR MANUEL RUIZ

(Lea todas las columnas de Víctor Manuel Ruiz en EL TIEMPO, aquí)

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¿Ni fu ni fa, solo FAO?

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17.02.2024

Tras los gravísimos y muy peligrosos hechos ocurridos al final de la semana anterior a las puertas del Palacio de Justicia en Bogotá con el fin de presionar a la Corte Suprema para elegir fiscal general de la Nación y las increíbles “aclaraciones” del presidente Petro, ya desmentidas por los presidentes de esa corporación y de la Corte Constitucional, yo creo que, sin consideraciones partidistas, jurídicas ni de ninguna índole, un altísimo porcentaje de la población colombiana desearía preguntar cómo se está manejando realmente el Ministerio de Relaciones Exteriores y, en consecuencia obvia, cómo está la imagen de Colombia en el........

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