El fin de semana que acaba de pasar tuvo un aire especial, gracias a Gabriel García Márquez, quien desde el más allá sigue deleitando a los que seguimos en el más acá. Este goce literario se ha alborotado aún más en vísperas del lanzamiento mundial de En agosto nos vemos, la novela póstuma que Gabo dejó en la puerta del horno, y que finalmente sus herederos autorizaron publicar el año pasado.

(También le puede interesar: Más idolatría que ideología)

Producto de la euforia y el interés que despierta cada libro de nuestro Nobel, los medios nacionales y extranjeros se han inundado de ensayos, crónicas, columnas y artículos en los que periodistas, literatos, analistas, y, en fin, una pléyade de gabólogos consagrados y principiantes tratan de buscar mensajes ocultos, atar cabos y cruzar datos para aproximarse a la última obra del escritor más grande que ha dado nuestro país.

Algunos hacen comparaciones con obras previas del autor, otros tratan de explicar el origen del nombre de la novela –y por qué aparece ahí el mes de agosto– y otros más intentan conectar la temática de este escrito con las de El amor en los tiempos del cólera e Historia de mis putas tristes, como si se tratara de una trilogía acerca del amor en la edad madura. Y, como es tradición, no faltan los que hace rato tienen lista la lupa y el lápiz rojo para revisar exhaustivamente cada línea en busca de algún error.

Admito que desde que Penguin Random House anunció en mayo del 2023 la publicación de este nuevo título a mí también me picó una curiosidad que no hacía más que agudizarse a medida que se acercaba la hora cero, pero estaba resignado a esperar que los ejemplares llegaran a las librerías. Sin embargo, este fin de semana me llegó por WhatsApp un PDF con el mismo nombre de la novela, que me puso a trastabillar durante varios minutos, pues evidentemente se trataba de un documento de origen incierto, que quién sabe cuántas veces habrían reenviado y que no tenía un remitente oficial; es decir, no venía de la editorial. Incluso, lo primero que me llamó la atención fue el hecho de que un texto de tal importancia estuviera ya circulando en redes.

En ese rato, con semejante tentación frente a mis ojos, me asaltaron varias dudas: ¿será una copia pirata?, ¿me querrán estafar?, ¿será un software maligno?, ¿una broma de mal gusto? Finalmente, pudo más la curiosidad y como en la vista previa se podía leer con claridad el nombre del autor y el título de la obra, resolví abrir el archivo. Y, pese a que me sentía como un hacker actuando en la clandestinidad, confieso que la intriga pudo más y sucumbí a la provocación.

A fin de cuentas, aunque me alcanzó a invadir la sensación de estar haciendo algo indebido, en un intento por apaciguar mi conciencia, me tranquilicé pensando que solo la iba a leer, sin buscar ningún beneficio distinto de la satisfacción de disfrutar en primicia la esperada novela.

Pese a que ignoro si la que me llegó era la versión final –lo más probable es que haya recibido un texto preliminar–, debo decir que el relato me atrapó desde el comienzo y, salvo en algunos pasajes, el ritmo me encantó; lo mismo que los pocos personajes de la trama. La forma como Gabo describe las personas, las emociones, las pasiones y los lugares están ahí, en esa breve y encantadora historia de una mujer que se desdobla cada año, cuando visita la tumba de su madre.

Además, como me pasa siempre con los libros de Gabo, aprendí varias palabras nuevas, como conduerma, fogaje, huipil, intonso o ablución. Espero que estén en la edición oficial de la novela, que voy a comprar hoy mismo.

* * * *

Colofón. Mañana cumple 65 años de vida profesional el gran Osuna, el mejor caricaturista de este país, que publicó su primera caricatura el 7 de marzo de 1959, en El Siglo. ¡Felicitaciones, Maestro querido!

VLADDO

puntoyaparte@vladdo.com

(Lea todas las columnas de Vladdo en EL TIEMPO, aquí)

QOSHE - En marzo nos vimos - Vladdo
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

En marzo nos vimos

7 0
07.03.2024
El fin de semana que acaba de pasar tuvo un aire especial, gracias a Gabriel García Márquez, quien desde el más allá sigue deleitando a los que seguimos en el más acá. Este goce literario se ha alborotado aún más en vísperas del lanzamiento mundial de En agosto nos vemos, la novela póstuma que Gabo dejó en la puerta del horno, y que finalmente sus herederos autorizaron publicar el año pasado.

(También le puede interesar: Más idolatría que ideología)

Producto de la euforia y el interés que despierta cada libro de nuestro Nobel, los medios nacionales y extranjeros se han inundado de ensayos, crónicas, columnas y artículos en los que periodistas, literatos, analistas, y, en fin, una pléyade de gabólogos consagrados y principiantes tratan de buscar mensajes ocultos, atar cabos y cruzar datos para aproximarse a la última obra del escritor más grande que ha dado nuestro país.

Algunos hacen comparaciones con obras previas del autor, otros tratan de........

© El Tiempo


Get it on Google Play