En 1916, habiendo regresado a París, Julio Sedano escribió múltiples cartas a su amigo, Pedro García, residente en Barcelona. Estos textos, si bien banales y cotidianos, tenían una particularidad: en determinadas ocasiones aparecían dos números separados por un punto. Se trataba de un código.

Luego se supo que Pedro García era el pseudónimo de Fritz Dispeker, prominente miembro de la barra alemana de abogados, hablante de un perfecto español madrileño y agente de inteligencia para el Imperio Alemán. Así, en el momento más álgido de la Gran Guerra, Sedano se convirtió en espía para el bando germano.

Contactado por Dispeker y su vieja amiga, Mata Hari, el mexicano había aceptado filtrar información relevante de los aliados. Utilizando sus viejas tretas, logró hacerse de datos clasificados, como planos de aviones y movimientos estratégicos de las tropas. Asimismo, también reportaba sus percepciones del ánimo de la población francesa. Por cada reporte codificado, su contacto le hacía llegar una cantidad de 400 pesetas.

Con toda su experiencia criminal, el encargo lo rebasó. A partir de noviembre, Sedano planeó su huida. En una misiva dirigida a su hija, fechada el 16 de diciembre, declaró su intención de regresar a México y obtener algún empleo como consultor en asuntos diplomáticos. Amén de lo inverosímil de esta tentativa, todo llegó a su fin con su arresto en la víspera del año nuevo, acusado de traición.

La manera en que se enteraron las autoridades de esta red de espionaje es tema de debate, sin embargo se suele culpar al escritor modernista Enrique Gómez Carrillo, quien, de acuerdo con el testimonio del castrense alemán Willhem Canaris, interpuso la denuncia, motivado por el despecho que sentía por Mata Hari. Esta versión novelesca es cuestionada por el consenso historiográfico, el cual tiende a señalar que ni la cortesana ni ninguno de sus allegados eran particularmente relevantes como agentes, pero sus posiciones sociales los convertían en perfectos chivos expiatorios para todos los fracasos del gobierno francés durante el conflicto. En todo caso, los procesos judiciales que siguieron fueron mero protocolo.

Sedano fue condenado a muerte tras una juicio veloz y a puerta cerrada. De enero a agosto de 1917 redactó una numerosa correspondencia a todo tipo de personajes, desde Venustiano Carranza hasta Porfirio Díaz Ortega, suplicando por su intercesión. Según documentos del Archivo Histórico Genaro Estrada, nuestro Servicio Exterior tenía noticia de la condena, pero no llevó a cabo ningún tipo de gestión a su favor.

Perdida ya toda esperanza, el falso vástago de los Habsburgo, lejos de apelar a un supuesto linaje real, decidió redactar un testamento y una serie de máximas morales. De este manuscrito resalta el énfasis que hace en la enseñanza de sus padres, la rectitud y ética con la que buscó conducirse, así como el gran amor que sentía por Francia, a la cual veía como su segunda patria. Negó hasta el final su participación en delito alguno.

Una de sus últimas ínfulas aparece en la herencia que dejó. Asumió que habría editores interesados en sus textos y que estos se venderían por montones, dejando las ganancias para beneficio de sus hijos. También pensaba cobrar honorarios pendientes que ascendían a 34 mil francos. No existe aval ni del pago ni de la publicación del libro.

José Julio Sedano y Leguizamo fue fusilado el 10 de octubre de 1917 teniendo 51 años, dando fin a una vida llena de mentiras y tramas.

QOSHE - Vida de un sinvergüenza V - Ángel Gilberto Adame
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Vida de un sinvergüenza V

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20.01.2024

En 1916, habiendo regresado a París, Julio Sedano escribió múltiples cartas a su amigo, Pedro García, residente en Barcelona. Estos textos, si bien banales y cotidianos, tenían una particularidad: en determinadas ocasiones aparecían dos números separados por un punto. Se trataba de un código.

Luego se supo que Pedro García era el pseudónimo de Fritz Dispeker, prominente miembro de la barra alemana de abogados, hablante de un perfecto español madrileño y agente de inteligencia para el Imperio Alemán. Así, en el momento más álgido de la Gran Guerra, Sedano se convirtió en espía para el bando germano.

Contactado por Dispeker y su vieja amiga, Mata Hari, el mexicano había aceptado filtrar información relevante de los aliados. Utilizando sus viejas tretas, logró hacerse de datos clasificados, como planos de aviones y movimientos estratégicos........

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