Los últimos eventos meteomarinos que se han presentado en la ciudad han dejado en evidencia la fragilidad de un sistema de protección costera, no solo el que se construye actualmente, sino el que nos ha protegido desde hace más de cincuenta años, a lo largo de todo el borde costero desde el Baluarte de Santo Domingo hasta el barrio Crespo.

Del proyecto de protección costera, Etapa I Fase 1, que se adelanta actualmente, son muchas situaciones que han puesto en duda su efectividad, debido a la erosión de las playas 4 y 5, la deficiencia y poca efectividad de unos espolones que no tienen la capacidad de mitigar la energía de la ola y atrapar sedimentos, lo cual ha llevado a hacer refuerzos de los mismos y a la evidente necesidad de volver a dragar para reponer la arena que el mar se ha llevado. Es innegable que todo el proyecto necesita una intervención de fondo desde el punto de vista de los diseños, los cuales se hicieron sin una interventoría.

En repetidas oportunidades hemos leído sobre el proyecto del Gran Malecón del Mar propuesto por el señor alcalde para todo el borde costero, diez kilómetros, lo cual nos deja más que preocupados pues basta con mirar el avance del mar con su fuerte oleaje en el último mes para entender que, en las actuales condiciones, ese proyecto sería tan inviable como el de protección costera misma. No podemos negar que esta obra, además de ser necesaria para la ciudad, beneficia ambientalmente el entorno, mejora las condiciones de movilidad peatonal y sería un sitio de esparcimiento. Llevarlo a cabo sin antes hacer un estudio a fondo de las condiciones del litoral y cómo protegerlo adecuadamente sería un total desacierto. Otro inconveniente que se puede percibir es que dicha obra cortaría toda posibilidad de ampliación de la avenida Santander y primera de Bocagrande, como se evidencia en las obras que se adelantan actualmente.

Doctor Dumek, con todo el respeto que usted se merece y la responsabilidad que me cabe por haber votado por usted, lamento estar en desacuerdo con sus declaraciones en Caracol del día 1 de marzo, donde descarga todo el fracaso del proyecto de la protección costera en la UNGRD. No basta con ver la situación actual. Hay que remontarse al año 2017, cuando empezó en viacrucis de la obtención de la Licencia Ambiental y el accidentado proceso licitatorio cuando firmas especializadas en el tema hicieron importantes objeciones al proyecto que nunca se tuvieron en cuenta. Ahí es donde está el meollo del fracaso. Lo demás es buscar el ahogado aguas arriba.

Señor alcalde, de usted depende que Cartagena no siga a merced del mar.

*Ingeniero Civil y Sanitario.