Desde la lejanía he escuchado la noticia: ante los estragos de El Niño, la bajada de las reservas de agua y el peligro de que haya cortes de luz, el presidente de la República ha decidido decretar un día cívico. En concreto, este pasado viernes 19. El objetivo, en palabras del benemérito presidente, consiste en un “día de rebeldía, de lectura, de conversación con la familia y con los amigos sobre la peligrosidad del cambio climático, sobre quien lo produce, sobre qué se debe hacer”. Magnífico. Ante el caos energético, el presidente les dice a los colombianos que sean rebeldes, que lean (qué mundo este en que leer es un acto de rebeldía) y que conversen con la familia, eso sí, que conversen sin beber mucho y a oscuras, y siempre bajo el presupuesto de que concluyan que la falta de agua y electricidad es culpa del cambio climático y “de quien lo produce” que, evidentemente, en la mentalidad del prócer de la patria, no puede ser otro que el “capitalismo-depredador-imperialista”, así, todo seguido.

O sea, que la Presidencia de la República ante la falta de agua recomienda no beber y ante la falta de electricidad no encender la luz. Sensacional. El día cívico se convierte así en, más o menos, decirle a un niño guajiro que la solución a su hambre es sencilla: no coma. Si a usted, ciudadana colombiana, la violan por la calle, la solución es evidente: no salga a la calle. Si los taxis están muy caros: camine, malparido, que además así no contamina. Y, si los viajes a Europa están por las nubes: nade, mijo, nade. Hágase las cinco mil millas a crol y ahorre combustible a la patria.

¿En serio esto es lo mejor que puede ofrecernos el Gobierno? ¿No consumir y quedarnos en casa poniendo a parir al capitalismo internacional con los propios? Dios quiera que no haya problemas de escasez de brisas en la Costa, porque el Demóstenes que gobierna Colombia nos manda no respirar. Es absurdo y es una prueba de incapacidad. Una incapacidad tan manifiesta que no queda sino exigir la dimisión del presidente. No por ser un exguerrillero, no por ser de izquierdas, sino por ser un incapaz. Un incompetente. Un empleado público inútil que no hace bien su trabajo y que, encima, tiene las agallas de rebotar el problema a los ciudadanos y eximirse de responsabilidad. El gran desastre de este gobierno, que por generaciones será recordado, no será que gobernase la izquierda, es que, por una vez que la izquierda llegó al poder, lo hizo de la mano de ineptos.

*Universidad Autónoma de Barcelona.

QOSHE - ¿Tiene hambre? No coma - Alfredo Ramírez Nárdiz
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¿Tiene hambre? No coma

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23.04.2024

Desde la lejanía he escuchado la noticia: ante los estragos de El Niño, la bajada de las reservas de agua y el peligro de que haya cortes de luz, el presidente de la República ha decidido decretar un día cívico. En concreto, este pasado viernes 19. El objetivo, en palabras del benemérito presidente, consiste en un “día de rebeldía, de lectura, de conversación con la familia y con los amigos sobre la peligrosidad del cambio climático, sobre quien lo produce, sobre qué se debe hacer”. Magnífico. Ante el caos energético, el presidente les dice a los colombianos que sean rebeldes, que lean (qué mundo este en que leer es........

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